Algunas localidades del mundo se han desarrollado principalmente en torno a castillos, palacios o monasterios. Aquí cinco de estos lugares que son patrimonios de la humanidad.

  • Castillo de Edimburgo, Escocia

Este castillo está levantado en una imponente roca de origen volcánico, un sitio que fue visto como una ventaja estratégica desde la Edad del Hierro; entonces se construyó allí un fuerte militar.

El lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha sufrido numerosos asedios. Durante las guerras de independencia cambió de manos muchas veces. En 1314, los escoceses recuperaron el castillo de los ingleses en una incursión nocturna.

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Fue el hogar de reyes y reinas durante muchos siglos. La reina Margarita (que más tarde se convirtió en santa) murió allí en 1093. La capilla construida en su honor por su hijo, el rey David I, es el edificio más antiguo de Edimburgo. La Capilla de Santa Margarita todavía alberga bodas y bautizos en la actualidad.

Sobre la puerta del Palacio Real están las iniciales MAH doradas, de María, Reina de Escocia y su segundo marido Henry Stewart, Lord Darnley. María dio a luz a Jaime VI en el Palacio Real en 1566. Se convirtió en rey de Escocia a los 13 meses y unió las coronas de Escocia e Inglaterra en 1603.

Tras la Unión de las Coronas de 1603, el monarca reinante rara vez visitaba el Castillo de Edimburgo, pero a partir de la década de 1650 se convirtió en una importante base militar.

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  • Mont-Saint-Michel, Francia

La isla se llamaba originalmente Mont-Tombe, pero se conoció como Mont-Saint-Michel en el siglo VIII, cuando San Aubert, obispo de Avranches, construyó un oratorio allí después de -según la leyenda- tener una visión del arcángel San Miguel.

El sitio se convirtió en un centro de peregrinaje, y en 966 se construyó allí una abadía benedictina. En 1203 se quemó parcialmente cuando el rey Felipe II de Francia intentó capturar el monte. Compensó a los monjes pagando la construcción del monasterio conocido como La Merveille.

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La isla, que fue fortificada en 1256, resistió los asedios durante la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia (1337–1453) y las Guerras de Religión francesas (1562–98). El monasterio declinó en el siglo XVIII y solo siete monjes vivían allí cuando se disolvió durante la Revolución Francesa (1787-1799). Se convirtió en una prisión estatal bajo Napoleón I (reinó de 1804 a 14/15) y siguió siendo una prisión hasta 1863. En 1874 fue clasificado como monumento histórico y restaurado.

La hermosa iglesia abacial que domina la isla tiene una imponente nave románica de los siglos XI y XII y un elegante coro de estilo gótico flamígero (construido entre 1450 y 1521). La torre y la aguja, coronadas por una estatua de San Miguel, se agregaron en el siglo XIX.

Fue designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

  • Monasterio El Escorial, España

Este monasterio fue construido en el siglo XVI por iniciativa del rey Felipe II. Situado en el municipio español de San Lorenzo de El Escorial, en la provincia de Madrid, es considerado desde 1984 Patrimonio de la Humanidad.

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Debe su nombre al mártir San Lorenzo y fue hecho con motivo de la victoria española en el territorio de Flandes en la Batalla de San Quintín, el 10 de agosto de 1557. La leyenda de San Lorenzo cuenta que fue condenado a morir quemado en una parrilla de hierro, y esta podría ser la razón por la cual la edificación tiene una forma parecida a este objeto.

Fue residencia de la familia real española; actualmente está ocupado por frailes de la Orden de San Agustín.

El monasterio se encuentra en la ladera del Monte Abantos, en la sierra de Guadarrama, una de las zonas telúricas más importantes del planeta. Según la historia, el rey escogió la zona por inspiración divina.

En la Edad Media se creía que los lugares donde se presentaban vórtices y confluencias telúricas estaban asociados con el mundo divino. Por ello, la intención de Felipe II al erigir el monasterio en este lugar fue establecer un eje que conectara a la tierra con el cielo.

  • Castelo Dos Mouros y el Palacio da Pena, Portugal

El Castelo Dos Mouros fue levantado por los árabes durante los siglos VIII y IX como enclave defensivo -para vigilar los caminos de tierra que unían Sintra a Lisboa, Cascais y Mafra- y conquistado en el siglo XII por los cristianos de Dom Afonso Henriques, primer rey de Portugal. La edificación aún conserva dos portones románicos y algunos frescos de la antigua necrópolis medieval.

Junto al castillo se encuentra el Palacio da Pena, una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX. En el sitio antiguamente se ubicó un monasterio que fue devastado por un terremoto de 1755. El rey Fernando II compró las ruinas y decidió construir allí en 1836 un palacio como obsequio para su esposa María II.

Las obras de construcción fueron dirigidas por el arquitecto Ludwig Von Eschewege. Cuando la monarquía portuguesa llegó a su fin en 1910 y la familia real se vio obligada a exiliarse, el Palacio da Pena pasó a ser administrado por el Estado, y permanece abierto al público desde 1910.

Tanto el castillo como el palacio son patrimonios culturales de la humanidad.

  • Palacio de Peterhof, Rusia

El sitio originalmente fue una finca para Pedro el Grande, pero luego se convirtió en una gran residencia real tras la visita del zar a Versalles en 1717. Sus elementos principales fueron trazados en 1723 e incluían el Parque Inferior, el Jardín Superior, el Canal del Mar y dos pequeños palacios - Monplaisir y el Palacio Marli.

Este palacio se desarrolló gradualmente durante un siglo y medio. En su lugar se encontraba inicialmente un edificio sencillo conocido como la Cámara Alta, cuya sencillez no equilibraba el cuidadosamente diseñado Parque Inferior y sus palacios. Jean-Baptiste le Blond y luego Bartolemeo Rastrelli recibieron el encargo de crear allí algo elegante pero palaciego.

Peterhof quedó devastado durante los tres años de ocupación alemana. Muchas de sus fuentes fueron destruidas, el palacio fue parcialmente devastado y sus interiores casi completamente quemados en el incendio posterior. Entró en un proceso de restauración y reabrió en 1945.

En 1990, la Unesco incluyó a Peterhof en su lista de sitios del Patrimonio Mundial. (I)