Garrapiñada, potaje de dioses, guiso del Carmen, sopa de lluvia, longuitos de harina de maíz, tamales de mote pelado, empanadas de canela, turrones con miel de abeja, pastel de remolacha, espumilla y caramelos de jengibre, son parte de los ‘hallazgos’ culinarios que se hicieron en siete monasterios con los que el programa de responsabilidad social Orígenes de Diners Club, ha trabajado durante dos años para desarrollar el contenido del libro Cocina monacal.

Esta publicación, de 235 páginas, integra dicho proyecto que desde hace 8 años en 58 localidades de la Sierra, Costa y Oriente, busca fortalecer las capacidades gastronómicas, innovar y activar el sector mientras rescata tradiciones.

“La explicación de por qué lo hicimos (el libro) tiene que ver con la filosofía del Orígenes, de regresar a nuestras raíces, que nos dice que tenemos que rescatar, repotenciar y regresar a la gastronomía ecuatoriana, para ver qué nos hace particulares y distintos en este aspecto”, dice Augusta Bustamante, gerente de Responsabilidad Social de Diners Club.

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El libro Cocina Monacal está compuesto por seis capítulos, los primeros narran el fenómeno monástico, la vida de las monjas de la clausura de la Audiencia y la República, la vida monástica actual, el origen de la cocina monacal, entre otros temas que brindan la antesala para comprender el concepto de esta cocina; mientras que el último capítulo contiene el recetario con más de 20 recetas de sal, 30 recetas de dulce y 5 recetas para preparar masas. En total son 57 preparaciones, indica.

Para la elaboración de los primeros cinco capítulos, se contó con la colaboración del periodista e historiador Gonzalo Ortiz Crespo, así como con el apoyo de Alfonso Ortiz Crespo y María Caridad Ortiz de los Reyes. El prólogo estuvo a cargo del periodista gastronómico Ignacio Medina; y la investigación de recetas en monasterios la realizó el programa de Responsabilidad Social Orígenes junto con María del Carmen Burneo Álvarez de la consultora Seproyco.

Historia y tradiciones

De acuerdo a Bustamante, son 22 los conventos de clausura en el Ecuador (21 femeninos y 1 masculino), que están distribuidos en distintas ciudades del país. “De los veintidos, siete trabajaron con nosotros durante todo un año, de una manera prepandemia, porque fue un esquema de capacitaciones desde lo digital (...) Hubo dos monasterios con los que no trabajamos directamente pero que nos enviaron sus recetas. También hay recetas de cinco monasterios españoles”, dice.

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Las recetas han sido aportes de monasterios ubicados en Riobamba, Milagro, Esmeraldas, Guayaquil, Cuenca y Zamora y según explica Bustamante hay varios tipo de preparaciones en la cocina monacal. “La cocina de la cotidianidad, lo que ellos comen todos los días; de celebraciones que son más sofisticadas y que por lo general son de repostería o dulcería y/o bebidas; productos curativos o medicinales”, añade.

Bustamante recalca que a través del programa Orígenes se han rescatado alrededor de 1.300 recetas (anteriormente se presentó un libro con preparaciones de familias de todo el Ecuador) y que están disponible en su sitio web.

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El libro se lo puede conseguir canjeando las millas (2.614) de la tarjeta Diners, que equivalen a un valor de alrededor de 26 dólares. Con ello se ayuda también a los monasterios que participaron. (I)