Sus letras han enamorado a millones desde su aparición en la escena musical en el 2010. Este año convulso, con altos y bajos en todo aspecto, ha sido también un tiempo de reflexión y de revelaciones. En junio, Pablo Alborán declaró públicamente que es gay. “Lo que hice lo hice cuando lo vi necesario, donde quería y como quería, aceptando cualquier consecuencia”, dijo el intérprete de 31 años en una conferencia de prensa antes de la entrevista que mantuvo con este Diario.

En medio de una sala, con su equipo tras de cámaras, un Pablo sonriente nos recibió para hablar sobre Vértigo, su quinto álbum de estudio, una producción con once canciones, que produjo a su ritmo, entre Miami y Madrid, abriendo su corazón y con Julio Reyes Copello de productor. Ese amor devoto que suelen relatar sus letras o decepcionado, cuando el desamor se impone, se mezcla con su esencia romántica mientras ha experimentado con géneros como la bachata y la samba.

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Hizo un abrebocas de su disco, con el streaming desde el helipuerto de la Torre Picasso, en Madrid, este miércoles, ¿qué representó este momento?

Significó una alegría en verdad, significó olvidarme un poco de todo lo que está pasando e intentar acompañar a la gente que me veía desde sus casas. Me sentí superrarropado, me iban diciendo se está conectando mucha gente. Yo estaba cantando con mucho frío pero con mucha ilusión, porque de cierto modo me recordaba a los conciertos que dábamos y me daba esperanza de que volveremos.

¿Esa energía del espectáculo es la que tendrá el disco?

Yo espero que el disco te remueva y te haga recordar cosas, te haga desear cosas, te haga olvidar cosas, y es un disco también muy ligado a nuestro presente. No hay momento más vertiginoso que el que estamos viviendo, así que ojalá sea un espejo para la gente y un refugio también para cuando las cosas se pongan feas.

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Vértigo, el disco, empezó en libertad y se terminó durante la cuarentena, ¿cómo fue mutando la creación?

El que llegue el confinamiento de pronto yo no pierdo la presión y me desligo un poco de que estoy haciendo un disco, entonces, vuelvo a hacer canciones para mí, y para el disfrute de estar ahí, pasando el rato. Hay veces que ni siquiera reproducía las canciones, cantaba, tocaba, grababa, sumaba elementos, quitaba elementos y de pronto dejaba las canciones descansar (...), durante la pandemia surgieron ideas más espontáneas, más frescas incluso más locas, más traviesas. El hecho de hacer una bachata en el disco, por ejemplo, una samba, o de pronto jugar con elementos que en otros discos a lo mejor no me hubiera atrevido, no hubiera sabido hacer.

En medio de una ola de canciones que hablan de sexo y violencia, ¿cuál cree que es la importancia de seguir cantándole al amor, pero desde el respeto a través de sus letras?

Bueno, es que soy una persona que en general no entiende la falta de respeto, entonces en la música pues más todavía. Pero lo que sí creo es que se puede hablar de amor haciendo reguetón, música urbana, trap, se puede. No tenemos que estar anclados al estilo, o sea, no por hacer trap y hacer reguetón de pronto tienes que denigrar a alguien. Eso no es una ley, la música no tiene ninguna ley, entonces, creo que se puede hacer. Otra cosa es que te apetezca, ahí no entro. Yo creo que es momento de contar historias bonitas, la gente necesita escuchar historias bonitas.

¿El momento con más vértigo de su vida en este 2020?

Hoy, (jueves) ahora mismo porque estamos a horas de que salga el disco que yo pensé que no iba a ser un disco y de pronto ya va a ver la luz y todas esas canciones que han sido hechas en la intimidad, para la intimidad, de pronto ya no son para la intimidad, van a dejar de ser mías o solamente mías. Ahora sí que van a cobrar otro sentido, el que tú le des, y eso va a hacer que se mueva todo, que tambalee todo y eso da mucho vértigo.

Parafraseando sus temas, ¿qué deja su ‘corazón descalzo’?

Un beso en la frente.

‘Si hubieras querido’, ¿qué cambiaría de este año?

He tenido la suerte de poder hacer siempre lo que he querido, excepto ahora. He tenido muchas suerte porque todo lo que he soñado y nos hemos planificado, he tenido la bendición y la suerte de tener un equipo, un apoyo de gente que cumplía los sueños de todos, nuestros sueños pero ahora mismo creo que es más importante lo que debemos hacer más que lo que queremos. Y sino, pues lo que dice la canción: imagínate la cantidad de cosas que hubiéramos podido hacer si hubieras querido. Lo bonito de la canción ya no solo es el reproche. Yo lo veo desde otro lado, y el reproche de mira lo que te has perdido.

¿Lo que descubrió este año que era frágil y podría perderlo?

El tiempo.

Trabajo y familia

“Es la primera vez que hago un disco sin pensar que iba a hacer un disco”, dijo Alborán sobre Vértigo. “Intenté soltar todos los amarres porque lo único que me preocupaba era que mis padres tuvieran salud, que mis hermanos estuvieran bien y que mi abuela estuviera bien”, añadió.

El cantautor aseveró: “El vivir la realidad de lo que nos pasaba en cierto modo ha hecho que resaltara la suerte y lo afortunado que me siento, pero obviamente es un 2020 agridulce para todos”. “Lo que me ha salvado es la música y me ha salvado poder desfogar y desahogarme en mi música y mis canciones”.

Alborán planea pasar las fiestas de Navidad y Fin de Año junto con su familia. “Pues intentaré que mis padres no estén solos. Si voy a Málaga y estoy con mi familia, me haré todas las pruebas necesarias y ellos también se las tienen que hacer y nada, intentar que no estén solos y si no, pues ya habrá más navidades. La Navidad también la podemos armar nosotros en otra época”, indicó.

El disco viene en varios formatos, entre ellos en vinilo de 180 g, en Digifile troquelado y una caja de lujo con un libro de fotos de la producción. (E)