Treinta años de investigación y dos años en los que escribía entre ocho y 10 horas diarias, fue lo que le tomó al historiador Guillermo Arosemena ensamblar la obra biográfica de José Joaquín de Olmedo parte de la colección Grandes biografías del bicentenario de la editorial Paradiso.

Dice que él nunca escribe sobre lo mismo o lo que ya contaron otros, por eso manifiesta que su texto es distinto. En el tomo que tiene 435 páginas se puede encontrar la vida pública y política de Olmedo, más que la poética por la que muchos lo conocen. Para Arosemena se debe escribir sobre lo que no se conoce de la historia, lo que se sabe muy poco, o los errores que hay en ella.

“Yo no lo menciono al Olmedo poeta porque para mí es una ofensa que cuando usted lee sobre Olmedo se lo identifica como el poeta de América”, aclara que su objetivo no es ofender a quien le gusta la poesía o quien la escribe. “Si usted va a valorar a una persona, usted lo valora por lo más importante”.

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Arosemena resalta de entre los logros de Olmedo el hecho de haber sido el único ecuatoriano que logró legislar en tres países: España, Ecuador y Perú. “Olmedo estuvo en España donde se aprobó la Constitución en 1812; en Perú donde se aprobó la Constitución en 1823; y en el Congreso de Ecuador de 1830 donde se aprobó también la constitución.

Además, “participó en la redacción del reglamento provisorio que vendría a ser la primera Constitución del Ecuador, no la de 1830. Es la de 1820, a los pocos días de la independencia de Guayaquil, nace el reglamento provisorio”. Ese es un honor que no lo tiene ningún ecuatoriano dice Arosemena.

Como un hombre enigmático, así lo describe al personaje histórico. Es muy difícil entrar en su mente, dice, pero que también es apacible, le gusta el consenso, no le gusta tener enemigos, habla de José Joaquín de Olmedo en presente.

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Según su criterio, revela que nunca estuvo interesado en la política, sin embargo, el poder y la política lo buscaron.

Arosemena cuenta que para realizar sus investigaciones él buscó la información fuera de Ecuador. Antes de dedicarse al estudio de la historia desempeñó otros papeles como gerente de empresas, el cual lo llevó a viajar constantemente.

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Recuerda que visitaba las librerías y se dio cuenta que había mucho material ahí, en otros países. “Llevo 30 años investigando la historia de Ecuador fuera de Ecuador. Por qué hago esto…porque por los incendios y el clima se destruyeron varios libros. Hay documentos también que no están aquí”.

Dice que actualmente él utiliza, en su mayoría, los recursos digitales. Cuenta con más de 100.000 páginas digitales descargadas únicamente de la independencia de Ecuador y sobre la historia del país tiene más de medio millón. Luego de tener cuatro veces cáncer, en la última ocasión decidió regalar una parte de su biblioteca física a la Universidad Católica y la ESPAE. (I)