La película Vacío, del ecuatoriano Paúl Venegas, ha sido seleccionada para participar en el Festival Internacional de Busan (BIFF), de Corea. El filme, que retrata la migración china en Guayaquil, participa en la categoría Flash Forward, un apartado del certamen en el que pueden participar cineastas no asiáticos que adopten un enfoque innovador y original del cine.

Para Venegas se trata de un sueño cumplido, pues indica que se trata de un festival importante en Asia. “Es un gran paso para la cinematografía de Ecuador poder participar de espacios tan importantes, además de ser un reconocimiento de la crítica especializada a la película. Busan es muy conocido por ser un festival muy dinámico, de grandes audiencias y una muy activa participación del público”, describe el ambateño.

“Auguramos que esta premier internacional dé paso a un recorrido extenso por festivales, territorios y plataformas, posicionando así el cine que hacemos en Ecuador”, agrega el cineasta, quien no podrá asistir al encuentro cinematográfico –que será presencial– por las medidas de restricción a causa de la pandemia. Según la página oficial, el festival coreano se realizaría del 7 al 18 de octubre, pero debido a los casos de rebrote de COVID-19 se aplazaría dos semanas más.

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El ganador es seleccionado por la audiencia y recibe el premio Busan Bank Award. En el 2019 Vacío fue ganador a mejor largometraje de Ecuador en el Festival Internacional de Cine de Guayaquil. Según indica su director, en marzo fue seleccionado para competir en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), pero este fue cancelado a causa de la pandemia.

“Que el mundo fue y será en movimiento, ya lo sabemos. Que las migraciones son uno de los temas que atraviesan el cine actual, también. Pero, a pesar de esas constataciones, conocemos pocas películas latinoamericanas de ficción que se vuelquen a la narración con fluidez y claridad para contar una historia que combina nacionalidades, idiomas, anhelos, chantajes, mentiras y estrategias para mantener el movimiento y la ilusión, aun con la amenaza del título. O, justamente, quizás sea por esa amenaza que estos personajes intentan huir de la sordidez, y la película, del costumbrismo; o al
revés, o todo junto. Vacío cuenta distancias enormes mediante pocos lugares, y plantea decisiones a partir de ejes claros: una historia contemporánea con algunos nutrientes del clasicismo”, dijo en aquel entonces Javier Porta Fouz, organizador del festival. (I)