Las mascarillas se han convertido en una prenda más para llevar todos los días, es parte de la nueva cotidianidad y no hay manera de evitarla por salud y precaución. Sin embargo, las personas que sufren de algún tipo de condición en la piel como rosácea, dermatitis seborreica, acné y otras, pueden estar padeciendo de consecuencias en la piel del rostro, algo normal por el uso de la mascarilla.

La dermatóloga Ninoska Nieto explica que las mascarillas aumentan la humedad del área que están cubriendo, es decir, mejillas, nariz y boca. Además altera la barrera cutánea y la microbiota natural, lo que contribuye a la producción de acné y otras condiciones como la dermatitis perioral que consiste en la aparición de varios granitos alrededor de la boca.

Un exceso de producción de comedones también es usual por el uso de la mascarilla, principalmente por la presión y fricción que hace esta. El calor que produce humedad, más la fricción puede llegar a obstruir los poros, llevando al acné mecánica de acuerdo con los términos que usa la especialista para explicar el tema.

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Considerando que el uso de la mascarilla es obligatorio y necesario, existen alternativas para sobrellevar la incomodidad que puede producir el artículo sobre la piel. Una de las opciones es utilizar una mascarilla de algodón por debajo y encima otra. Esta como alternativa para los pacientes que están expuestos en su día a día a contraer el virus. El algodón es un tipo de fibra que absorbe la humedad y expulsa el calor corporal, de modo que es ideal para las personas con algún tipo de problema cutáneo.

Por su parte, la dermatóloga Natilse Rondón mantiene que se inclina por las mascarillas desechables, las cuales solo tienen, en caso de las quirúrgicas sencillas, 4 horas máximo de durabilidad; las N95 de 3M 8 horas, de acuerdo con Rondón. Sin embargo, teniendo en cuenta las mascarillas que son más amigables con el medio ambiente, recomienda que preferiblemente su composición sea más de algodón que de poliéster.

Tienen que ser mascarillas muy bien elaboradas, lo más herméticas posibles, con capa de algodón hacia el interior y poliéster hacia el exterior. De modo que la doctora Rondón concuerda en este punto con la doctora Nieto sobre el material a utilizar para evitar desmejoramientos en las pieles más sensibles.

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El lavado de las mascarillas de varios usos debe ser diario y su tiempo de uso no más de 3 horas, para garantizar la protección. Si va a estar fuera de su domicilio por más tiempo se recomienda llevar un repuesto, así como un envase hermético para colocar la que se retire.

Pero el usar la mascarilla adecuada no es todo, también hay que tener en cuenta el cuidado con respecto a la correcta hidratación de la piel y su lavado. “En pieles con tendencia al acné debe utilizar jabones que ayuden a eliminar el taponamiento folicular. En el mercado hay líneas dermatológicas con jabones para piel grasa. Con respecto a las pieles sensibles, estas presentan otro tipo de afectación, en ellos aparecen áreas enrojecidas, fisuras en la piel, que asemejan quemaduras. Deben usar jabón para piel delicada, dos veces al día”. Si se llegan a presentar lesiones es necesario acudir al dermatólogo para revisión.

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La hidratación también es clave para evitar la resequedad en algunos caso por el uso de la mascarilla. La recomendación de Ninoska Nieto para las pieles grasas y mixtas es el uso de cremas hidratantes; por otro lado, las pieles grasas requieren de geles hidratantes, ya que se absorben de mejor manera en ese tipo de piel. “Todos tenemos que usar nuestra mascarilla, eso es un hecho, pero también debemos de aprender a cuidar nuestra piel”, dice la especialista Nieto.

Dentro de la rutina de piel el bloqueador sigue siendo indispensable; sin embargo, su aplicación puede variar ahora. El hábito de todos los días debe ser limpiar el rostro, aplicar la crema o gel hidratante y posteriormente el bloqueador.

Más consejos para mejorar nuestra piel

Las especialistas consultadas explicaron que el uso de la mascarilla es indispensable y que no se puede obviar este artículo en el día a día. Sin embargo, efectivamente para las personas con acné y otras condiciones de piel sensible se pueden estar presentando desmejorías, pero estas pueden ser tratadas de las manos de un especialista y también con los cuidados propios que cada uno le otorga a la piel.

Para lograr un bienestar se aconseja tener una buena alimentación. Reducir el consumo de azúcar es una buena opción, debido a que esta provoca una elevación de la glucosa en la sangre y hace que las personas sean más propensas a presentar brotes de acné. Lo mismo ocurre con los carbohidratos, pero esto no significa que se los debe erradicar de la dieta, solo disminuir su consumo, aunque lo propicio será consultar a los profesionales entendidos en el tema.

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Tomar agua es un requisito vital y necesario para mantener la hidratación porque esta debe ser desde dentro también, aparte de las cremas y geles que se usan.

El aseo de las manos es fundamental, no solo por el virus, sino que esta parte del cuerpo es uno de los lugares donde más se porta bacterias, ya que pasan en contacto con distintos artículos u objetos durante el día. Tocar el rostro con las manos sucias no es una opción viable.

Si la piel tiene varios comedones y brotes de granos se pueden realizar limpiezas faciales, pero para cada tipo de piel y en ciertos periodos de tiempo. Por lo general se aconseja realizar una mensualmente, pero cada caso requerirá de una evaluación previa con un doctor/a si el rostro se encuentra muy afectado. (I)