Las memorias del director de cine estadounidense Woody Allen se publicaron en español el jueves, un libro marcado por sus críticas a su exesposa Mia Farrow, su autoproclamada inocencia en las acusaciones de abuso de su hija Dylan, y algún lamento por la falta de apoyo del mundo del cine.

A propósito de nada (Apropos of Nothing), cuya versión en inglés salió a la venta en marzo pasado, fue publicado en español por Alianza Editorial. En esta obra el nombre de Mia Farrow -con quien tuvo una relación de 13 años, así como 13 películas juntos-, se puede leer en 295 ocasiones. En tanto que dedica casi la mitad de sus 440 páginas a detallar su relación con Dylan Farrow, la hija que adoptó con la estrella de Hannah and Her Sisters (1986).

La obra comienza con el tono irónico de grandes figuras literarias como J.D. Salinger y George S. Kaufman, al describir su crianza en Nueva York y sus relaciones amorosas con Diane Keaton y otras figuras con un toque de nostalgia y angustia que asemeja a las películas de Allen de Radio Days y The Purple Rose of Cairo o Annie Hall y Hannah and Her Sisters. Pero se vuelve más oscura y defensiva al recordar su relación sentimental con Mia Farrow y las acusaciones sobre que abusó de Dylan, que para muchos han definido la imagen pública de Allen en los últimos años.

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Allen estuvo con Mia Farrow por más de una década y recuerda los tiempos felices con la “muy, muy bella” actriz que se enfrió con el paso del tiempo, especialmente después del nacimiento de su hijo biológico Ronan en 1987 (llamado Satchel al nacer). Como ha afirmado Allen antes, él y Mia Farrow estaban prácticamente separados cuando él comenzó a salir con la hija adoptiva de ella, Soon-Yi Previn, quien es más de 30 años menor que él, a comienzos de la década de 1990. “Muy al comienzo de nuestra nueva relación, cuando la lujuria impera ... no nos podíamos quitar las manos de encima”, escribió sobre Previn, con quien se casó en 1997 y a quien dedica el libro.

Allen ha negado por años abusar sexualmente de Dylan, y cómo ha dicho antes, considera que las acusaciones surgieron por lo que él califica como la búsqueda de venganza “como la de Ajab​” de Farrow. “Nunca le puse un dedo encima a Dylan, nunca le hice nada que pudo ser malinterpretado como abusivo, fue una invención de principio a fin”, escribió. Al describir una visita a la casa de Farrow en Connecticut en agosto de 1992, cuando supuestamente abusó de Dylan, reconoce que puso brevemente su cabeza sobre el pecho de la niña de 7 años, pero agregó: “Nunca le hice nada inapropiado, estaba en una sala llena de gente viendo televisión a media tarde”.

Allen nunca fue acusado después de dos investigaciones diferentes en la década de 1990. En los últimos años Dylan ha sostenido las acusaciones de que fue abusada y su versión ha sido adoptada cada vez más en la era del #MeToo.

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Según reportes, numerosas editoriales se alejaron de la autobiografía cuando un representante de Allen la promovió el año pasado. (I)