Deja un gran legado de la gastronomía italiana en Ecuador, principalmente en Guayaquil. También fue un buen amigo, ese amigo que tenía las palabras precisas en un momento complicado. El padre, esposo y abuelo incondicional. Así lo recordarán amigos, colegas y su hija a Carlo Colombara, quien dejó su natal Italia en los 80, para asentarse en el Puerto Principal, en donde murió el sábado 28, a los 82 años, que cumplió el 25 de este mes.

“Apasionado por su trabajo. Hasta lo último hablaba de su trabajo. Apasionado por el servicio al cliente, por dar cocina de altura... siempre trayendo la representación de su país en todos los platos que él cocinaba”, comentó, sobre su padre, su hija Carla, de 36 años.

“Lo que él más hubiese querido es que se continúe con ese legado, así como lo vamos a hacer, a través de los dos restaurantes (La Casa di Carlo y Carlo & Carla)”, agregó.

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Como padre, Carla dijo que fue “increíble, generoso, chistoso, siempre dispuesto a ayudar en todo momento, nunca pensó que iba a tener una familia grande, tiene tres nietas que son mis hijas y es lo que lo mantenía feliz... daba todo por ellas, moría por tenerlas en casa todo el tiempo”.

Según Carla, el 21 de este mes tenían previsto viajar a Italia, pero el viaje fue “truncado” por la emergencia sanitaria. Era su deseo retornar a su país natal, para de entre otras actividades, visitar a su hermana.

Colombara durante su carrera gastronómica tuvo alrededor 13 restaurantes en distintos países, además de Ecuador, en Chile. "13 restaurantes él creó en distintos países... Desde el año 80 empezó con uno y así por muchos años tuvo uno, tuvo dos, cerraba uno abría otro. Por ejemplo uno que duró diez años, se llamaba San Remo, que era en 9 de Octubre y García Avilés...", contó.

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De acuerdo con su hija, su padre tenía problemas de hipertensión, con el corazón y riñón, pero que estaba siendo tratado, en los últimos días presentó síntomas de COVID-19, y complicó su salud. "A través de los exámenes de tórax, pulmón, más o menos se pudo ver que quizás sí tenía eso (COVID-19). Él empezó a presentar síntomas el 16 (de este mes), el día 21 ya le dio fiebre, el día 22 le hicimos un examen de tórax para ver cómo estaba y no estaba nada bien, y luego el 26 de mañana lo llevamos al hospital y el 28 falleció en horas de la tarde", explicó.

Carlo, una referencia

Carlo fue un gran amigo. Se destacaba por su generosidad al compartir siempre sus conocimientos no solo del mundo gastronómico, sino también de la vida”, comentó Stéphane Richard, gerente de Alimentos y Bebidas del Centro de Convenciones de Guayaquil.

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"Creo que no me equivoco al decir que todos en la profesión lo admirábamos por su trayectoria y su manera tan agradable de relacionarse. Su sonrisa será recordada siempre al igual que sus buenos consejos", agregó Richard.

La vida misma o la profesión se encargó de que coincidan en algún momento y desde allí surgió la amistad. Ese es el caso de Ricardo Bock, chef ejecutivo y empresario independiente. “Tuve la suerte de ser muy amigo de Carlo por más de 22 años, nos juntó nuestra profesión, las pasiones mutuas por la gastronomía, feliz de haberlo tenerlo como mi amigo, muy trabajador, muy dedicado y entregado a lo suyo, apasionado de la comida, más que todo sobre sus raíces italianas y su comida italiana", aseguró.

Bock resaltó que Colombara siempre estuvo preparándose. "Buscando nuevas preparaciones, siempre intentando avanzar, enseñar más cosas, enseñó a su gente en sus restaurantes. Su ayuda en la gastronomía a la ciudad fue muy importante, es un referente de los avances gastronómicos en los últimos 25 años de la ciudad de Guayaquil, un gran hombre y nos deja un gran legado", afirmó Bock.

Corrían los años entre 1996 y 1997, Manfred Krault, chef ejecutivo del hotel Hilton Colon, llegaba de Alemania a Guayaquil, mientras que Colombara abría su restaurante La Casa di Carlo, en el 97. “Él fue siempre un gran hombre. Yo lo conocí a él en el año 96-97 cuando llegué a Guayaquil...”, indicó.

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"Siempre fue una persona muy agradable con mucho conocimiento y creo que hizo bastante aquí en Ecuador... Tenía mucho carisma para los clientes, amigos... Dimos los primeros pasos en la gastronomía aquí en el norte", acotó, y coincidió en que es un referente de la gastronomía italiana en el Puerto Principal.

El colombiano Alejandro Andrade, director operativo de La Escuela de los Chefs, conoció a Colombara hace más de 25 años y no deja de expresar su tristeza por la partida de quien también fue su gran amigo que lo describe como “una persona extraordinariamente buena, gentil”.

"Siempre escuché buenos consejos de Carlo, para mí es una de las personas y uno de los profesionales muy, muy completos, en lo que se refiere a la profesión que nosotros tenemos...", enfatizó.

En cada encuentro que tenían, dice Andrade, Colombara siempre preguntaba por la escuela, a la cual donó unos libros de comida italiana. "Antes de que se enfermara estuve con él y recordando tiempos, cuando él comenzó, cuando llegó a Ecuador, qué hizo y cómo fue escalando, escalando...", dijo, y acotó que ahora con la partida de su amigo se va a notar ese espacio al ser considerado uno de los impulsadores de la gastronomía en la ciudad. (I)