El coro de El último beso, en una versión más movida, se convierte en ese momento en la puerta de entrada a su casa situada en el norte de Guayaquil. Un gato persa mira tímidamente, más adelante su ama advierte que solo es uno de los seis felinos que ella posee. Tras esperar pocos minutos en la sala, unos pasos que bajan por las escaleras con firmeza son continuados de un -¿Y con quién tengo el gusto?-, es la cantante Hilda Murillo, quien ya estaba lista para compartir cómo han sido sus 61 años de trayectoria musical.