Cuando "Yo soy Betty, la fea", llegó a la televisión latinoamericana, allá por finales de 1999, jamás nos imaginamos que llegaría a ser tan querida por la audiencia y menos, que regresaría 20 años después de su estreno para tocar los corazones de una generación totalmente diferente, la cual vive pendiente de la mejor definición en HD y 4K, acostumbrada a ver  por maratones los capítulos de las series del mundo streaming, y que muy poco se engancha con producciones que ellos consideran muy "antiguas". 

En Ecuador, sentarse a ver "Yo soy Betty, la fea", de lunes a viernes, a las 21:00, llegó a convertirse en un acontecimiento familiar. Todos sentados en la sala, frente al televisor, esperando con ansias cada capítulo de la telenovela para saber cómo se desarrollaría la trama, con qué locura saldrían sus personajes y lo más importante, reírse a carcajadas con las aventuras de todos ellos. 

Esta producción, a tan solo 26 días de su estreno por la televisión nacional, en mayo del 2000, llegó a captar el 45,8 % de la audiencia en todo el país, según reveló una encuesta realizada por la firma privada Ibope Time Ecuador S.A, publicada en El Tiempo, el 14 de junio de ese mismo año. 

Publicidad

Ahora Betty es revisitada por jóvenes que tienen entre 14  y 25 años con la misma emoción, como si estuviese de estreno. Ellos se han dejado cautivar por esta  historia, e incluso no quieren que se les haga spoilers, porque desean disfrutar de cada capítulo donde esta mujer sencilla deberá luchar por encajar en una sociedad llena de prejuicios y estereotipos para conquistar el amor y el éxito.

Algunas opiniones

Ashly Lara de 14 años dice que la serie le parece interesante porque el personaje de Betty aprende a sobrellevar sus problemas. "En medio de una sociedad que la trata mal por su apariencia física,  debe aprender a amarse a sí misma y darse cuenta de que siendo ella, tiene la oportunidad de ser feliz". Ella tardó solo 2 meses en ver los 335 capítulos, que pueden llegar a durar entre 20 y 46 minutos, en esta plataforma. 

Alejandra León tiene 17  y la está viendo por segunda ocasión. Ella señala que le parece una novela muy interesante. La primera vez demoró 2 meses en terminarla, pero asegura que se la volvería a ver.

Publicidad

Danna Arguello, de 19, expone que la producción colombiana la cautivó  porque es bastante cómica.  De la telenovela le gusta la originalidad y definición que le dan a cada personaje. "Cada uno de ellos tiene su personalidad bien marcada y hace que el espectador se identifique con alguno". 

Rubén Sánchez,  de 25,  decidió verla por su historia. Le impresionó cómo narra las diferentes formas de bullying que existen en el ámbito laboral, pero pese a eso este personaje y "el cuartel de feas" no se dejan impresionar, ni ponen barreras que les impiden llegar a ser, lo que realmente son. 

Publicidad

Víctor Maridueña de 20 años, llegó a ver Betty por sus padres, porque ellos le comentaron que era una de las mejores novelas de su época y a él le dio curiosidad verla para analizar qué consumía la gente en los años 90. 

Nikita Vásquez, de 21, no ha visto la telenovela original, pero afirma que se la verá porque quiere compararla con la versión de "Betty en Nueva York", la cual tiene un léxico más juvenil, señala, como para ser entendida por los millennials. Ella atribuye a las adaptaciones de la novela original, que los jóvenes se hayan sentido con curiosidad de ver la original. 

Leonor Oyague la describe como una serie de culto de la televisión latinoamericana, porque marcó a toda una generación. "Llamó la atención de todos por romper estereotipos", señala. Ella piensa que el detonante para que esta serie tenga tantas reproducciones en Netflix se debe a la cantidad de memes que hay por internet, lo que ha despertado la curiosidad de los adolescentes y jóvenes, para quienes viven en esa especie de "cultura del meme", donde la información llega si es más graciosa.

Cariño del público

A pesar de haber sido una producción  extensa, desde su estreno en octubre de 1999,  hasta  mayo del 2001, nunca dejó de ser entretenida, original y emotiva, por lo que el público pudo encariñarse con cada personaje y seguir el hilo de la historia.  

Publicidad

Cómo olvidar a personajes tan jocosos como Patricia Fernández, la "peliteñida", interpretada por la actriz Lorna Paz,  a quien nunca le alcanzaba el sueldo del mes por seguir dándose la vida de rica, a pesar de que estaba llena de deudas, muy pendiente, eso sí, de atrapar a un buen partido para que la ayude a salir de su pobreza, ya que sus "seis semestres de finanzas en la San Marino", no le daban tan buen resultado a la hora de desenvolverse laboralmente. Estaba la "Marce" (Natalia Ramírez) o novia de don Armando (Jorge Enrique Abello), el galán de la telenovela, quien sufría cada vez que él se le desaparecía por ahí, pues  tenía una terrible fama de mujeriego. Por supuesto  está  Betty (Ana María Orozco), a quien su inteligencia brillante la llevaría lejos, mientras sufría en secreto por el amor no correspondido de su jefe, por quien llegaría hasta taparle sus faltas en la empresa.  Y ni qué decir del "cuartel", el grupo de mujeres "poco agraciadas" de Ecomoda, con quienes Betty llegó a tener una amistad entrañable y llegó a encontrar total apoyo.

 

Con esto queda comprobado una vez más que "Yo Soy Betty, la fea" continúa marcando hitos.  Llegó a a la televisión para romper estereotipos, entró al libro de Récords Guinness como la telenovela más exitosa de todos los tiempos, en el 2010. Su capítulo final fue reconocido como la producción televisiva más vista en Latinoamérica. Cuenta con 28 adaptaciones en países de todo el mundo. Entre ellos, India, Alemania, Israel, Croacia, Holanda, Vietnam y China. Fue emitida en  180 países y doblada a 25 idiomas diferentes, incluyendo  japonés.  Por lo que no debería sorprendernos si llegara a convertirse en la producción más visitada en Netflix, de todos los tiempos. (E)