Cuando Ecuador Pillajo Barona ingresó por primera vez a la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG) tenía tan solo 16 años, sucedió en 1981 cuando en una audición entonó el Concierto para violín de Mendelssohn y una de las sonatas de Bach. Recuerda que en ese entonces, pertenecer a la orquesta le significaba una necesidad que sobrepasaba su pasión por la música. “No era solo una ilusión, era por sobrevivir, no tenía otra opción o pasaba o quedaba en la calle”, recuerda el músico.