“Hacer un paneo de lo que se está investigando o produciendo en el arte” es lo que plantea en su nueva exposición Violenta, un espacio expositivo en el sur de la ciudad para los artistas emergentes. Uno de sus directores, David Orbea, señala que es una manera de pagar “una deuda que teníamos como espacio hacia la mujer”.

La muestra colectiva Vague à l’âme está desarrollada en varios soportes y aborda diversas perspectivas, entre ellas género e ideología. La serie se mantendrá abierta hasta mañana, de 10:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00, en Villavicencio 609 entre Maldonado y Gómez Rendón.

La propuesta

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Clio Bravo, Mónica López, Brenda Vega, Daya Ortiz, Diana Gardeneira, Mariuxi Giraldo, Dayana P. Garrido y Ana Cristina Vázquez son las artistas que protagonizan la serie.

“En general, mi cuerpo de obra circula alrededor del cuerpo, del género, de lo femenino, en general en torno a los ‘women’s issues’”, apunta Bravo, quien a esta muestra ha llevado parte de su proyecto llamado Saudade, “un archivo artístico personal que involucra tres saudades, o incomodidades, nostalgias, etcétera”.

“Esta saudade en específico se llama Scan 01-06 y habla sobre la relación del yo con el yo, representa la aceptación/rechazo al cuerpo y el contraste entre el cuerpo femenino normando y los otros cuerpos”, explica la artista contemporánea riobambeña de 28 años, quien hizo una impresión directa de su cuerpo sobre escáner.

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Por su parte, López expone en Violenta El ocaso del Dean y Diario de campo. “Me interesa cómo se genera un hilo conductor entre imágenes de distinta procedencia y distinta retórica visual”, dice la artista que desarrolló estas propuestas durante el proceso de su tesis de licenciatura en Artes Visuales.

Señala que “las obras tocan muy oblicuamente las problemáticas de género, en cuanto a que parte de las imágenes de las que me apropio tienen usos en el mercado que están dirigidos en su mayoría a un consumo femenino, o que son clichés de representación asociados con la feminidad”.

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Con Resonancia de Lithos llegó Garrido a Violenta. “Es una serie de 20 pinturas y fotografías, en las que generó diálogos entre el paisaje, memoria, e imagen para apreciar una serie de formas patrones o estructuras que habitan el espacio que constantemente se multiplica dentro de la naturaleza”, dice la quiteña de 25 años, cuya obra es parte de una serie que se está exhibiendo en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC) y que además prepara para el próximo año una exposición individual.

La propuesta de Vega parte de su serie Estar y no estar, que se compone de dos fotografías: una digital y otra bajo el antotipo (una técnica realizada con el extracto de rosas rojas con impresión al sol en positivo de una imagen captada con una cámara análoga). “Estas dos obras que son autorretratos hablan de este confrontamiento con el público y con una misma. Son dos mujeres, que son una misma, y están como retando a la audiencia y es además un comentario a la situación de la mujer artista ecuatoriana que no tiene el mismo reconocimiento que el hombre”, apunta la artista quiteña de 35 años.

La ganadora del Salón de Julio 2019, Diana Gardeneira, también se suma a esta muestra siguiendo la misma línea de su anterior propuesta Cojuda, acepta mi halago, que en aquella ocasión la puso en la cima del tradicional certamen y que hablaba de las armaduras que utilizamos las mujeres para protegerse del acoso. (I)