Escenificar el sentir del migrante venezolano y cómo la difícil situación política y económica que atraviesan afecta las relaciones amorosas es la propuesta de El amor y Venezuela, jornada de lecturas dramatizadas en teatro breve que se llevará a cabo el 27 de marzo en el Estudio Paulsen, a las 20:00.

Dos obras de quince minutos cada una, con ingreso libre, tendrán lugar en este espacio de formación actoral, ubicado en Numa Pompilio Llona en el barrio Las Peñas, donde los espectadores podrán conocer de cerca lo que ocurre con dos parejas en tierra ajena.

Un lugar que ya no existe, escrita por el dramaturgo venezolano Daniel Mariani, cuenta la historia de Renata y Duarte, interpretados por el venezolano Henry Gaspar y la española Isabella Pérez, bajo la dirección de Raúl Sánchez McMillan,

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Mariani, quien hace cinco años salió de su país y radica ahora en Lima-Perú, expresa que durante el proceso de creación del texto descubrió que no estaba del todo listo para hablar de Venezuela.

“Como que me di cuenta que ahí había una herida que no estaba cerrada y que probablemente no cerraría”, manifiesta el dramaturgo de 32 años.

Agrega que la mejor manera de hablar con honestidad fue abriendo las puertas del proceso creativo, y confiesa que a pesar del dolor y aunque le costó un poco al principio, el resultado fue lo esperado.

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Por otro lado, Henry Silva dirige Ida por vuelta, obra escrita por el también venezolano radicado en Quito, Glener Morales, en la que actúan Leonardo Duque y Josselyn Alcívar.

“Quisimos hacer algo que tuviera que ver con eso (migración venezolana), pues el arte debe servir para ser reflejo de la sociedad, para generar discusión”, manifiesta Silva.

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Explica, además, que ambas obras no se relacionan con temas políticos, el enfoque está en los sentimientos de cuatro personas que están pasando por dificultades ajenas a la relación. “Leonardo (Duque) es un migrante venezolano, hemos tenido momentos en los ensayos en los que hemos llorado juntos y hemos tenido que parar”, cuenta Silva.

Con libreto en mano los actores leen sus textos y actúan sin alejarse de la interpretación de sus personajes.

Henry explica que se trata de un formato de lectura en obras teatrales que se practica en muchas ciudades, que no deja de lado la dramaturgia, la técnica actoral y la vida en escena.

“Se ha convertido en una forma de arte teatral (...) es un reto para los actores porque tienen que dividirse entre el texto y lo que está sucediendo con ellos en todo momento”.

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Sánchez McMillan, profesor de la técnica Meisner, detalla que las lecturas dramatizadas todavía no están siendo explotadas en la ciudad. “El Estudio Paulsen siempre cuida que lo que estemos haciendo tenga un contenido del contexto social en el que nos encontramos, que conmueva y haga reflexionar al público”, cuenta Raúl. (I)