Es una dulce tradición con la que se cierran estas fiestas marcadas por comida. Si la Navidad trajo el pan de Pascua, año nuevo las uvas y el pavo, el Día de Reyes llega con una rosca.

Este pan adornado con frutas confitadas es servido entre los cristianos para celebrar la Epifanía, la primera aparición en público del Niño Jesús y la adoración de los magos de Oriente y los pastores de los que habla el Evangelio de san Mateo.

Pero no es una tradición reciente en el mundo. Se cree que su origen se dio en la antigua Roma durante las fiestas de Saturnalia, cuando los romanos festejaban que los días empezaban a hacerse más largos con todo tipo de actividades y, entre ellas, destacaba el hecho de dar días libres a sus lacayos y esclavos, detalla Muy Historia.

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Para esto se elaboraban tortas redondas con higos, dátiles y miel, que se repartían por igual entre los plebeyos y esclavos.

El Imperio romano cayó, pero la práctica llegó hasta la Edad Media, siendo Francia donde se instauró la costumbre de partir la rosca de Reyes, detalla el diario El Universal. El medio agrega que la forma circular de la rosca representa para los cristianos el círculo infinito del amor a Dios, ya que no tiene ni principio ni fin.

Luego el postre arribó a España de la mano de la dinastía Borbón; habría sido Felipe V ‘el Animoso’ (1683-1746) quien instauró la rosca en su nación, siguiendo las modas francesas.

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Tradición en Ecuador

El chef Diego Felton, profesor de la Escuela de los Chefs, indica que la rosca llegó a Guayaquil recién “hace unos 25 años, de la mano de la pastelería La Española, propiedad de José Rabascall, y que desde entonces se expandió a nivel nacional”.

Estima que la versión local varía muy poco respecto a la española, y que por lo general lleva tres rodajas de naranjas confitadas, por los tres reyes; frutas confitadas y cerezas, en representación de las joyas de los monarcas, y almendras, por las perlas de llevaban estos.

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Sin embargo, dice que el relleno de la rosca varía en Ecuador, y que no todas las pastelerías acostumbran a introducir la corona de porcelana, cuyo ganador será conocido como el ‘rey coronado’, y la haba seca. Según la tradición, a quien le toque esta gramínea será conocido como el ‘rey endeudado’, quien tendrá que comprar la corona el siguiente año.

Miguel Ponce, chef ejecutivo del hotel Oro Verde, indica que su rosca está basada en la influencia española, pero que no implementan habas o muñequitos dentro del producto, debido a que no podrían solventarlo por la gran cantidad de roscas que elaboran esta temporada. No obstante, todos los años seleccionan los mejores insumos para el postre. (I)