El 2018 fue un año fructífero para la escritora guayaquileña Mónica Ojeda. Su constante producción literaria la llevó en mayo pasado a ubicarse en la lista de Bogotá 39, que –en una antología de Galaxia Gutenberg– reúne a los mejores narradores menores de 40 años de Latinoamérica. La autora de obras como La desfiguración Silva (2015), Nefando (2016), El ciclo de las piedras (2015) y Caninos (2017) regresa al Ecuador (por ahora radica en España) con su nueva Mandíbula, una “novela que nos habla de la violencia, el horror y el miedo que nos generan las relaciones personales, especialmente entre mujeres y en ambientes opresivos” y de la que se hablará mañana, a las 20:00, en La Casa Morada, en Guayaquil. De este y otros temas conversó Ojeda con Diario EL UNIVERSO.

P: Varios críticos literarios definen a Mandíbula como una de las novelas más audaces de estos tiempos. ¿Qué opina usted?

R: Me halaga que digan eso, pero no considero que sea una novela especialmente audaz o más audaz que otras que están escribiendo mis contemporáneos... no escribo en absoluto con la intención de ser audaz, lo que pasa es que tengo una poética de escribir desde fuera de los tabús, desde fuera de la idea de una escritura comedida que es algo que no me interesa, me interesa tener experiencias emocionales y mentales extremas cuando estoy escribiendo, entonces de ese modo me salen libros que pueden parecer excesivamente audaces, aunque en realidad pienso que no lo son.

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P: ¿De qué nos habla en Mandíbula?

R: Es una novela que aparenta ser un thriller, aparenta o tiene momentos perturbadores e inquietantes de terror, aunque no es una novela de terror tampoco; entonces digamos que es una novela que echa maná sobre distintos géneros, para tratar problemáticas psicológicas humanas muy fuertes que tienen que ver con la represión de nuestra sexualidad, discursos bastante formativos respecto a la feminidad y cómo esto afecta a las relaciones que existen entre hombres y mujeres, pero sobre todo entre mujeres.

P: El suspenso con un análisis de la adolescencia se mezclan en esta obra. ¿Cómo logra hacer esta fusión?

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R: A mí me parecía realmente que es muy fértil en mis relatos de suspenso, como en los thrillers, como en las novelas de terror, la adolescencia es un espacio sumamente fértil para trabajar las problemáticas que le interesan a este tipo de géneros y de abordajes temáticos. Y es porque justamente estamos en una época de nuestras vidas en la que estamos tratando de definirnos: hay cambios físicos, hay muchos cambios psicológicos abruptos.

P: Cómo llegó a la idea de forjar esta obra? ¿Pensó que se volvería un referente de lectura?

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R: Pues no se si realmente sea un referente de lectura Mandíbula en realidad, ya me gustaría, no tengo la certeza de que lo sea, pero en todo caso supongo que contarte esto sería un poco aburrido. Me gustaría decirte que creé la novela antes de sentarme a escribir, que la ideé, que tuve una idea reveladora y ese tipo de cosas que suenan muy interesantes, pero la realidad siempre es un poco más aburrida que la ficción y en realidad si te soy honesta yo sabía que quería escribir una novela sobre el miedo, una novela en ambientes mujeres, con personajes opresivos y en donde trabajara la sexualidad y la adolescencia, pero eso era todo lo que sabía cuando empecé a escribirla.

Entonces digamos que soy una escritora que se maneja más bien por intuición, tengo una serie de intuiciones, una serie de intereses escriturales que escribo para precisamente ordenar y desarrollar dentro de mi cabeza de forma efectiva. Es decir si no lo escribo, lo que tengo son intuiciones sueltas y cuando lo escribo genero una narrativa, un orden dentro del caos, pero manteniendo el caos.

P: Mónica, usted forma parte de la última selección de Bogotá 39. ¿Qué sintió cuando supo de la noticia?

R: Me puse muy contenta cuando supe que era parte de Bogotá 39, aunque te soy sincera tuve que buscar qué era Bogotá 39, porque en ese entonces yo desconocía totalmente de este proyecto magnífico del Hay Festival, no tenía ni idea... Cuando ya me entere qué era pude ponerme contenta por haber sido escogida y por estar compartiendo lista con autores que admiro y escritores que he ido descubriendo...

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Y bueno para mi lo que representan las listas son cosas muy limitadas, es decir una lista es una especie de catálogo mini de todo lo que hay en la literatura, entonces siempre y cuando le demos la importancia que se merece que es esa, un catálogo, bastante reducido bastante excluyente y que porsupuesto no representa toda la literatura latinoamericana ni de asomo, para empezar en Bogotá 39 no están todos los países latinoamericanos, pero eso es solo para empezar, luego podemos decir muchísimas más cosas de la lista como que hay más hombres que mujeres cuando yo creo que las escritoras están ahorita produciendo la literatura más interesante en Latinoamérica. Eso estoy contenta de estar en la lista, pero no le doy más importancia de lo que realmente tienen.

P: ¿Qué signigican los premios para un creador de las letras?

R: Los premios pueden significar varias cosas según el escritor que los gane y también el tipo de premio que te ganes, un premio puede servir para proyectar tu literatura más allá de un territorio nacional, para que te lean en otras partes, de abrirte la posibilidad de publicar con otras editoriales que hagan una difusión más grande de tu obra a nivel latinoamericano, incluso para traducciones a otros idiomas, el premio dependiendo del tipo de premio es te puede dar esas posibilidades, por lo tanto los premios literarios tienen esa importancia a nivel de difusión de la escritura.

Pero luego también tienen otro lado, porque no todos los premios dan todas las posibilidades que te digo a sus ganadores. Y que luego también hay premios que te dan un monto económico y que no son premios que en una proyección tan intercional pues ese monto económico les permite a los escritores vivir mientras escriben durante un tiempo, porque como sabemos los escritores no vivimos la mayoría de nuestra escritura, sino de otras cosas...

P: ¿Cómo ve usted el tema de la circulación de los libros entre países? 

R: Creo que por lo menos en habla hispana, no se cómo funcione en otros idiomas, pero en Latinoamerica la distribución de los libros de país a país es pauperrima y lo mismo de España a Latinoamérica es malísima. Por eso pienso que es una de las razones por las cuales no nos conocemos como deberíamos conocernos, salvo determinados nombres que están sonando en este momento y que publican con grandes casas editoriales y que tienen la posibilidad de llevar los libros a donde sea,; el resto de los escritores latinoamericanos que además están haciendo cosas fundamentales e importantes están publicando en editoriales independientes y las editoriales independientes trabajan como pueden para distribuir sus libros, pero trabajan con una capacidad mas limitada.

P: ¿Qué le falta tal vez a América Latina, o más específicamente a Ecuador, para que se avance en esta materia?

R: A Ecuador le falta un buen plan de lectura y con esto no me refiero a publicar libros de autores ecuatorianos simplemente que eso no es lo más importante, lo importante es tener un proyecto de cómo incentivar la lectura, de cómo llevar los libros a aquellos lugares donde no llegan y de cómo hacer que la literatura no sea una cuestión elitista en este país. En este país la literatura es elitista, quienes acceden a la literatura son personas con un determinado 'Background', con una determinada posibilidad de acceder a libros poruqe son muy caros y por lo tanto, en su mayoría quienes acceden a libros son personas con unas posibilidades, con unos privilegios por encima de otros que no pueden hacerlo, entonces si que pienso que hasta que esto no se venza lamentablemente vamos a seguir viviendo en un país en donde la lectura sea una especie de intelequia al igual que la escritura. (I)