Un piano negro de cola hace resonar notas de música clásica rodeado por círculos y triángulos multicolor en la exposición Kandinsky, pequeños mundos, en el Museo del Palacio de Bellas Artes de México.
Kandinsky, quien en su teoría estética abordó la sinestesia para relacionar colores y formas con tonos y vibraciones auditivas, diseñó en 1931 un mural de tres paneles en azulejo titulado Salón de la música, para la Exposición de Arquitectura Alemana en Berlín, los cuales están reproducidos a escala en la primera muestra individual de este pintor abstracto ruso en el país.
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Los visitantes a la exhibición inaugurada esta semana, que permanecerá abierta al público hasta el 27 de enero del próximo año, podrán escuchar conciertos de música clásica teniendo estos murales como paisaje para la imaginación.
“La idea es interpretar compositores que tengan alguna inspiración para Kandinsky, como Rachmaninoff, Skriabin, Debussy, Schönberg, Wagner”, dijo el pianista Eduardo Salmón Hernández, egresado de la Escuela Superior de Música de Bellas Artes, quien en un recorrido de prensa reciente tocó La catedral sumergida de Debussy en la sala Diego Rivera del museo, una de las que albergan la exposición.
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Entre las piezas de esta exposición de arte, desarrollada con el apoyo de museos como la Galería Tretyakov y el Museo Estatal Pushkin de Rusia, así como el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, destacan las pinturas Segmento azul de (1921), Nublado de (1917) y Alrededor del círculo de 1940. Sin embargo, para aquellos admiradores del arte Kandinsky quizá sea más interesante adentrarse en los grabados en blanco y negro de este maestro del color. (I)
Pintor
Teoría artística
‘De lo espiritual del arte’
Kandinsky desarrolló en 1911 una teoría sobre los significados del color en la que el blanco equivale a una pausa en la música; el rojo se asemeja a una trompeta; el naranja, a una campana; el azul, al sonido de una flauta; el violeta, al fagot.