Hace 41 años, varios jóvenes vieron cristalizados sus sueños de ser los grandes exponentes de las artes escénicas guayaquileñas con la conformación del Taller de Teatro El Juglar. En aquella época lo hicieron junto a su formador, el argentino Ernesto Suárez. Tras más de cuatro décadas, la historia los reconocería como los iniciadores del movimiento del teatro popular en la ciudad; y aunque muchos de ellos han tomado caminos diversos, siguen juntos.

Para celebrar esa y todas las alegrías que les ha dado ser parte de este conjunto, los 17 miembros de El Juglar tienen previstas varias actividades. Una de ellas es la presentación, este viernes y sábado, de la obra Banda de Pueblo, una adaptación del famoso cuento de José de la Cuadra que retrata las vivencias de un grupo de artistas populares de los años 1930.

“Es una obra que se identifica mucho con el grupo, es casi la historia del grupo y de los artistas”, cuenta Augusto Enríquez, quien junto a Mariam Murillo dirige Kurombos. Agrega que en esta pieza se ve “cómo el artista tiene que sufrirla, lucharla, viajar, presentarse aquí y allá, lo que tiene que hacer para sobrevivir con el arte y el talento y con las ganas que tiene de hacer este arte”,

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Señala que Suárez, hace más de 30 años, escogió la obra de De la Cuadra porque por un lado muestra “la parte identificatoria, lo que es nuestro campesino del Litoral y por otro lado que había similitud con la propuesta de El Juglar: de levantarse, de juntarse y de luchar caminos”. El 10 de noviembre el grupo visitará a Suárez en Mendoza (Argentina) y aprovechará para presentarle la obra en una sola función.

El actor Marcelo Gálvez menciona que han sido meses de gestación de este proyecto, que a su parecer, es el trabajo mejor logrado de El Juglar. “Nosotros hemos estado preparándonos, investigando todos los datos, porque después de 35 años hemos tenido que recabar información de videos, escritos, incluso de la memoria misms”.

Por su parte, Oswaldo Segura señala que tal vez uno de los grandes logros de la agrupación, que en los años 70 recorría las calles de la urbe con una pancarta con la frase “Regale un periódico y una botella vacía y tendrá un teatro lleno” (esto lo hacían para conseguir fondos para levantar una estructura para El Juglar), ha sido seguir unidos. “El mismo hecho de haber sido el primer grupo que vivió dignamente de su profesión ya es un logro, haber aprendido y con ese aprendizaje difundir todo un método de aprendizaje, que se ve reflejado en todo el movimiento que existe actualmente en el teatro y la televisión, justamente nace de este equipo de trabajo... y cada uno de nosotros seguimos luchando y difundiendo este trabajo”, señala. (I)