Jorge Drexler empezó su concierto en Quito de rodillas. Fue su primer gesto de agradecimiento a cerca de 2 mil personas que este sábado 15 de septiembre llenaron el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura. En adelante, su presentación fue -en sus palabras- un péndulo de emociones, diálogos, complicidades y música de autor. Como todo mismo en la vida, advirtió, su repertorio “carece de homogeneidad anímica”.

Cosmopolita, este uruguayo nacido en 1964 que vive en España desde hace 23 años, compartió un cancionero de fusiones hecho con los ritmos de la tradición latinoamericana -la trova, la samba y hasta tonos tropicales- y un gusto exquisito de arreglos sofisticados y contemporáneos. En sus letras: el tema explícito -como el amor, la soledad o la solidaridad- con lo no dicho, pero siempre presente: el cuidado absoluto por la palabra, por el lenguaje que, más allá de la canción, fue poesía.

El eje del repertorio fue su último álbum, Salvavidas de hielo. En dos horas y media, se dio tiempo para improvisar, cantar a dúo con un fanático que estaba sentado en las primeras filas y jugar con aquel péndulo advertido que oscilaba entre la reflexión sobre la dinámica circular del mundo y de la vida, que tanto dan como quitan, y el alboroto.

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El concierto, que había comenzado a las 20:42 como una ceremonia más cercana a la razón, con cada quien aferrado a su butaca y a sus buenas maneras e intenciones, terminó a las 23:10 con la gente al pie del escenario, bailando, gritándole que vuelva, tomándose fotos… El propio Jorge Drexler bajó del escenario para bailar por un instante entre la gente.

Fue una presentación de aquellas en que muchos pudieron pensar, inventar, aplaudir y festejar incluso sin necesidad de haberlo escuchado antes.

El trabajo de iluminación y sonido, a cargo de su equipo, fue impecable. Al fondo del escenario se proyectó un círculo atravesado por seis líneas horizontales que, lo explicó, representaba el agujero de la guitarra. El resultado: trasladó al público al interior del instrumento. La comunión allí adentro -en el teatro encerrado por un ebanista gigante e invisible- fue el centro inamovible de ese péndulo que, para felicidad de los asistentes, superó desde las fronteras propias e impuestas del arte y el espectáculo. (E)

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Sus actuaciones

- En Ecuador, Jorge Drexler se presentó en Cuenca, Guayaquil y Quito.

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- El repertorio en Quito tuvo más de 20 canciones. Del álbum Salvavidas de hielo interpretó Movimiento, Telefonía, Silencio, Pongamos que hablo de Martínez (dedicada a Joaquín Sabina), Estalactitas, Asilo, entre otras.

- El ecuatoriano Enrique Pita abrió el concierto y se ganó los aplausos del público. Luego cantó a dúo con Jorge Drexler la canción Soledad, uno de los éxitos de uruguayo.

- Drexler destacó la participación del músico ecuatoriano Nicola Cruz en su disco Salvavidas de hielo y expresó su admiración a los artistas locales Mateo Kingman y Ceci Juno.

- En 2004, Jorge Drexler ganó un Oscar a la mejor canción, con Al otro lado del río. La película fue Diarios de motocicleta.

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- El cantante y compositor es médico de profesión y ha incursionado en menor medida como actor.