Por: Victoria Olcott

Tal como lo dijera Winston Churchill: “Rusia es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”. El país más grande del mundo, donde la historia ha dado muchos giros drásticos, hoy se destaca por la magnífica organización de la máxima fiesta futbolística.

Todo fue pisar Moscú, metrópoli con más de doce millones de habitantes, para que una lluvia de imágenes y sensaciones fueran creciendo en intensidad y asombro a cada paso.

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En todas partes llama la atención la majestuosidad de la arquitectura y también la decoración de las estaciones del Metro, algunos verdaderos museos con galerías y obras de arte.

La red ferroviaria es la más popular para trasladarse. Los “coche-cama” compartidos entre dos, cuatro o seis personas, en primera, segunda o tercera clase, traen una colchoneta, almohada, juego de sábanas almidonadas y planchadas y una toalla, a la medianoche se apaga la luz y todos a dormir.

Las distancias entre ciudades, a veces hasta de miles de kilómetros en recorridos de muchas horas en tren, para los visitantes fue un esfuerzo compensado con la seguridad, la limpieza, el respeto y el bajo costo de vida en Rusia. Para evadir el tráfico, los más adinerados compran al gobierno sirenas con luz intermitente y las colocan sobre sus vehículos.

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Una noche de hospedaje en un hostal podía costar desde 1.000 rublos ($ 16) y un almuerzo ejecutivo desde 300 rublos ($ 5).

Hinchas de los 32 países participantes y del resto del mundo se dieron cita. Con mucho o poco presupuesto, todo era válido para alentar a sus equipos en estas latitudes.

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Los más afortunados con boleto en mano llegaron hasta los estadios, todos debidamente registrados con el Fan ID. Expresivos y con mucha creatividad, los mexicanos, brasileros, panameños, peruanos y colombianos invadieron calles y plazas con sus cantos, grandes sombreros y llamativas pelucas.

En un mosaico multicultural de colores y costumbres, estos fanáticos dibujaron más de una sonrisa en los serios, metódicos y serviciales rusos. Todos juntos en los Fan Fest disfrutaron gratuitamente de los juegos en pantallas gigantes de televisión.

El dolor de cabeza fue para las asociaciones de fútbol de Marruecos, México, Dinamarca, Serbia y Rusia. La vehemencia de algunos de sus hinchas fue sancionada por el Comité de Disciplina de la FIFA

Hoy, más allá de la cancha y por su cordialidad, el ganador absoluto de este Mundial es Rusia. “Juntos por la victoria” tal como reza la inscripción de la camiseta de su selección de fútbol. (I)

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