Antonio Aguirre Febres Cordero, falleció a los 70 años este fin de semana. Trabajó en varias producciones teatrales y de TV del país, una de ellas Sin Límites, de Ecuavisa

"Lo conocí cuando hicimos la novela Sin límites y lo único que tengo de él son buenos recuerdos, siempre le daba buenos consejos a todo el mundo”, dice María Teresa Guerrero, deportista y expresentadora de televisión.

Aguirre, quien intervino en diferentes obras de teatro y producciones televisivas, aunque se había alejado de los escenarios mantenía mucha cercanía con sus compañeros y amigos de tablas.

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El actor Marcelo Gálvez, muy consternado por la partida de su amigo y compañero, recordó: "Yo tendría unos 25 años cuando lo conocí a Antonio Aguirre Febres Cordero, en los 80, hacíamos teatro breve, lo que ahora le llaman microteatro; lo dirigía Marina Salvarezza que fue prácticamente su madre artística, de inmediato me impresionó el porte principesco que tenía mi compañero, la amabilidad, la sencillez con la que se expresaba".

Asimismo contó que una de las virtudes que le impresionó fue la velocidad con la que memorizaba los textos, la lealtad y  la puntualidad. "Era una computadora de aprender los textos de inmediato y otra cosa que también (destaco) mucho de su personalidad es la lealtad que tenía, el compromiso de trabajo, su puntualidad inglesa, siempre estaba por lo menos 15 minutos antes del inicio de los ensayos".

Con él coincide la actriz Martha Ontaneda, quien agregó que tenía una memoria prodigiosa, fértil. Lo describe como un "hombre bueno, de buen corazón, un hombre que todo lo disculpaba, que quería a todo el mundo, que nunca le hizo daño a nadie (...)".

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"Es mi segundo Antonio que se va, primero se fue Antonio Santos, que para mí era tan querido, y ahora este Antonio, claro que con este empecé... Nos queríamos muchísimo", afirmó Ontaneda, quien compartió las tablas por primera vez con Aguirre, en 1998, en la obra Kathy y el hipopótamo, dirigida por Marina Salvarezza.

El presentador Carlos Luis Andrade, con quien también trabajó, afirma que Aguirre siempre le aconsejó que valorara a su familia y se dedicara al trabajo. “Tengan una familia, tengan sus hijos, sus nietos, cuídenla, para que no se queden solos”.

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En el 2000, el artista Jaime Arellano conoció a Aguirre. “Él siempre fue muy profesional, era una persona que inspiraba respeto y admiración”, dice.

“Lo que más voy a extrañar de mi compañero con el que trabajé casi 20 años ininterrumpidamente en distintos espectáculos... es su don de gente, su abrazo cálido, su corazón humilde, fraterno y ese humor descarnado que tenía”, recalca el actor Marcelo Gálvez.

Los restos mortales de Antonio Aguirre Febres Cordero fueron sepultados en el Parque de la Paz, en la vía La Aurora. (I)