“Mi aspecto especial constituye una ventaja loca”. Así se describía Netta Barzilai, cuyo físico no se corresponde con los de las típicas estrellas del mundo del espectáculo, y que el fin de semana ganó el Festival de la Canción de Eurovisión, con el tema techno dance Toy en una gala celebrada en Lisboa, Portugal.

“Juego con mi cuerpo, soy yo quien decide presentarlo como lo entiendo”, confió al diario Yédiot Aharonot. Su canción también habla de esa voluntad de no someterse, de asumirse y de decidir su propio destino.

“No soy tu juguete, imbécil”, proclama el estribillo del tema ganador, cuya intérprete, de 25 años, se hizo muy popular en las últimas semanas.

Publicidad

Su éxito bebe de la sorpresa que suscita, con sus imitaciones de kimonos abigarrados, sus curiosos moños en el pelo y sus alusiones directas a la campaña #MeToo. Su canción, en la que imita el movimiento de un pollo, también logró hechizar a la audiencia.

Antes de que llegara a Eurovisión, la “diferencia” física que cultiva y su canción convencieron a los israelíes. Pero también a los internautas extranjeros gracias a su video, visionado, según otros medios, 18 millones de veces. Ha alcanzado tal popularidad que el ministerio israelí de Relaciones Exteriores publicó su video en su página de Facebook en árabe “para mostrar una faceta menos conocida de Israel”.

La carrera de Netta Barzilai despegó cuando ganó, el pasado febrero, el concurso de talentos Rising Star, el más famoso del país. Antes de eso, solo actuaba en clubes o en bodas. Ese éxito la hizo clasificarse directamente para Eurovisión.

Publicidad

Gracias a este triunfo, pudo ser elegida para cantar en la ceremonia oficial del 70º aniversario del Estado de Israel en el monte Herzl de Jerusalén y participar en conciertos públicos dedicados a la efeméride, muy aplaudidos. Toda una revancha para ella. Su infancia estuvo marcada por las burlas, las aulas, por su físico, varios regímenes infructuosos y periodos de bulimia, contó. También conoció el “exilio”. (E)