El exastro del fútbol americano Peyton Manning lleva a una familia a Universal Parks & Resorts. El actor Chris Pratt se ejercita para ponerse en forma y promocionar la cerveza Michelob Ultra. El comediante Bill Hader toma un descanso en el set para comer papas fritas Pringles.

Los anunciantes del Super Bowl de este año se apegan a sus propios asuntos e intentan distanciarse de cualquier asunto polémico, desde la política hasta el movimiento contra el acoso sexual #MeToo (#AMiTambién) con pautas humorísticas que no sean ofensivas.

El objetivo es captar la atención de los más de 111 millones de telespectadores que se prevé que sintonicen el encuentro por el campeonato de fútbol americano entre los Eagles de Filadelfia y los Patriots de Nueva Inglaterra. Las pautas de 30 segundos tienen un valor superior a los 5 millones de dólares.

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El año pasado, los anuncios que tocaron asuntos políticos fueron un fracaso, como el de 84 Lumber que tocó el tema migratorio. Además de que algunos piensan que las bajas audiencias en la reciente premiación de los Grammy se debió a que contuvo demasiados momentos políticos como la aparición de Hillary Clinton leyendo un extracto del libro “Fire and Fury” sobre el presidente Donald Trump.

La gente está de ánimo para “un espectáculo libre de política”, dijo Kim Whitler, profesora de publicidad en la Universidad de Virginia.

Varios comerciales intentarán vender a través del humor y mediante el uso de celebridades, en su mayoría de sexo masculino. Por ejemplo, la fritura Doritos Blaze y el refresco Mountain Dew presentan pautas consecutivas de 30 segundos en las que aparecen los actores Morgan Freeman y Peter Dinklage en una batalla de rap.

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En un comercial de Pringles, Bill Hader presenta una práctica, apodada “apilar sabores”, en la que apila Pringles de distintas variedades. En otro de los anuncios, el actor Danny DeVito da vida a un M&M rojo que se convierte en persona después de pedir un deseo con un centavo.

El comediante Chris Elliott presenta aguacates mexicanos desde una cúpula, mientras que el protagonista de “Stranger Things” David Harbour aparece en un comercial del detergente Tide.

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“Son anuncios ligeros y con buena intención”, dijo Whitler. “Van dirigidos al estado de ánimo del país”.

Para medir los ánimos

Cada año los comerciales del Super Bowl ofrecen una instantánea de la psique nacional. El año pasado, poco después de que el presidente Donald Trump asumiera el poder, los anuncios tuvieron temas de inclusión. Airbnb mostró rostros de personas de distintas etnias con el mensaje “todos pertenecemos” y Coca-Cola repitió un comercial con “America the Beautiful” interpretada en diferentes idiomas.

Un comercial del refrescante de aire Febreze recurre al humor de baño. Presenta un seudodocumental sobre un chico cuyos excrementos no apestan, aludiendo a una frase vulgar que suele usarse en inglés para describir a una persona engreída.

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Ricos y famosos

No hay un Super Bowl sin celebridades que beban bebidas azucaradas y devoren comida chatarra. Cindy Crawford aparecerá en una nueva versión de su emblemático comercial de Pepsi para el Super Bowl de 1992. La marca también tendrá a Peter Dinklage y Morgan Freeman en comerciales para nuevas versiones de Doritos y Mountain Dew.

Y en un comercial que no es de comida, la marca de software Squarespace contrató a un barbudo Keanu Reeves y lo sentó junto a una fogata a promocionar sus servicios para páginas web.

Directo al corazón

Otros anunciantes fueron directo por la calidez y el bullicio, al darse cuenta que es mejor apostar por cosas que “gustan universalmente”, dijo Kelly O’Keefe, directora del centro de marcas de la Universidad Virginia Commonwealth.

NBC creó cinco anuncios cinematográficos de 60 segundos mostrando a deportistas olímpicos para crear emoción antes de los Juegos Olímpicos de Invierno, que comenzarán a transmitirse cuatro días después del Super Bowl. Los comerciales incluyen a deportistas estadounidenses como la esquiadora Lindsey Vonn y el patinador Nathan Chen.

Un comercial de Anheuser-Busch muestra la fábrica de Budweiser produciendo latas de agua en lugar de cerveza, destacando la donación de agua que ha hecho la empresa a lugares necesitados. Su marca Stella Artois hizo equipo con Matt Damon para vender una edición limitada de vaso de cerveza cuyas ganancias serán destinadas a proveer acceso al agua.

Lexus promueve su nuevo sedán de lujo LS 500, dirigido a personas de 45 a 55 años, con un anuncio de acción protagonizado por el superhéroe de Marvel Black Panther.

Snickers ausente

Los comerciales más atrevidos del Super Bowl han tenido resultados mixtos. Snickers no regresará al partido este año luego que un comercial en vivo el año pasado no tuvo tanto éxito. Pero los expertos en marketing no se rinden.

Tide, que el año pasado hizo un comercial con Terry Bradshaw que pareció ser un comentario durante el partido, regresará este año con el legendario exquarterback de los Steelers.

Ahora, tras un año de debate encendido sobre la inmigración, jugadores de la NFL arrodillados durante el himno nacional y el movimiento contra la violencia sexual #MeToo, muchos anunciantes trataron de ir a lo seguro mostrando rostros famosos y enfocándose en causas inofensivas, tratando de destacarse con humor simplón y acrobacias. (D)