La actuación bajo la carpa del Circo Soledad dejó totalmente satisfechos a quienes fueron a admirar la función con la que Ricardo Arjona abrió su gira por tres ciudades del Ecuador. El intenso frío y la leve lluvia que cayó la noche del pasado sábado en Cuenca pasaron a segundo plano cuando el guatemalteco salió al escenario.

Eran las 21:30 cuando un payaso entró en escena. Con un pito empezó a jugar con los asistentes para anunciarles que el espectáculo estaba por empezar. Enseguida fue a una vitrola al costado derecho del escenario y la música sonó.

Sin bajar un gran telón rojo y blanco, Arjona interpretó Circo Soledad, tema que le da nombre a su último disco y también a la gira que asimismo lo llevará por Quito y Guayaquil.

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La pista de este circo fue un gran escenario de 40 metros que ocupó todo el ancho de la cancha del estadio Alejandro Serrano Aguilar. Todo acorde a la situación, la ropa de los músicos, la escenografía y hasta las pantallas gigantes que con cada canción pasaban imágenes circenses y que combinaban con cada uno de los temas.

Cuando Arjona salió a escena, toda la energía de los asistentes se desbordó. Lució una ropa informal negra, cabello al aire libre y una sonrisa que contagió a sus seguidores.

De repente, suena El problema y la adrenalina se elevó aún más. Pero cual domador de leones bajó el tono para interpretar Tarde (sin daños a terceros) acompañado del violín y el piano. Cuando todo parecía calmado, retomó El problema y toda la energía volvió a subir.

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Luego de varios números, Arjona saludó a sus seguidores de Cuenca, ciudad a la que no venía desde hace ocho años. “Hoy haremos lo que ustedes quieran”, dijo.

Desde ese momento el espectáculo se volvió más interactivo y Arjona empezó a hablar de los significados de sus temas. Por ejemplo antes de “Hasta que la muerte los separe” habló sobre una presión social que, a su criterio, hace que las mujeres busquen con ansiedad un matrimonio. Previo a cantar “Desnuda” contó que ese tema nació del temor que tenía su abuela de que la vean bañarse.

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La carpa del Circo Soledad cambiaba a cada momento de color. Fue el turno del azul para dar paso a “Historia del Taxi”, canción del año 1994 que fue acompañada, durante los seis minutos que duró, por un recorrido por las calles de alguna ciudad del planeta.

Aunque la noche fue especial para los cerca de seis mil asistentes, hubo una que no olvidará esa noche por mucho tiempo. Marcela Gutiérrez, una maestra de Educación Inicial que sorpresivamente subió al escenario y con un abrazo rompió el frío que esa noche el guatemalteco sintió en Cuenca.

Su fotografía salió en la pantalla gigante y fue el mismo Arjona quien la llamó. Le cantó “Señora de las cuatro décadas” aunque hoy tiene 37 años. “Me tomaron una foto y me dijeron que posiblemente saldría en el video, nunca imaginé que iba a abrazarlo, es un sueño cumplido”, contó mientras sus ojos aún brillaban de emoción y su corazón aún latía a mil por hora.

De ahí en más fue recuerdos, canciones que todos se sabían. A las 23:10 terminó la presentación con “Minutos”, pero ante el pedido del público remató con “Mujeres”. Entonces las luces se apagaron y todo acabó con la certeza que el espectáculo continuará en Guayaquil y Quito.

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Las cerca de dos horas de concierto fueron para Marco Guamán una gran emoción. Como psicólogo y fanático asegura que las letras de Arjona son un punto de encuentro que ayuda a sacar lo que el ser humano tiene adentro de sí y que se parece mucho a un circo, donde todo está oculto bajo una máscara.

La gira Circo Soledad de Ricardo Arjona continúa en Quito este 27 de julio y en Guayaquil el 29 de julio. (E)