Era la primera vez que iba a la Boca del Pozo, donde quedaba la primera Facultad de Medicina de la ciudad. Llegó con el entusiasmo propio de la recién graduada. Sus años de estudio y reciente grado de bachiller en el colegio de señoritas Guayaquil le abrían el camino para la próxima realización del sueño que albergaba desde niña.