La salida del presidente Michel Temer del palacio presidencial de Alvorada sorprendió en Brasil, una decisión que, según dijo el mandatario tendría relación con “fantasmas”. Temer, su mujer Marcela y su hijo de 7 años, Michelzinho, vivieron en el lugar menos de dos semanas, después de haber esperado meses por una serie de adaptaciones que se estima que costaron unos 20.000 reales (6.400 dólares).