El esloveno Tadej Pogacar (UAE-Team Emirates) se agigantó en la primera etapa con final en alto conquistando por segunda vez la cima de la Planche Belles Filles, donde, vestido de amarillo, alzó los brazos por segunda jornada consecutiva, asestando otro golpe al Tour de Francia.

Dos años después de ganar en La Planche la crono que le dio el Tour 2020 y 24 horas más tarde de lucirse al esprint en Longwy, Pogacar (Komenda, 23 años), volvió a demostrar su enorme poderío y dominio de la carrera ganando el pulso en el tramo final, en pleno sterrato al danés Jonas Vingegaard y al esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma), incapaces de hacer doblar la rodilla al doble ganador del Tour, en estado de gracia.

Publicidad

Un desenlace emocionante, disputado a muerte en el último kilómetro de tierra que conducía a la meta de La Planche, el lugar talismán de Pogacar. El alemán Lennard Kamna, último superviviente de la fuga del día, ya saboreaba la victoria cuando le pasaron a 100 metros de meta Vingegaard, Pogacar y Roglic.

Vingegaard, enemigo número uno del campeón, sacó ventaja a Pogacar cerca de la línea, pero el patrón reaccionó en medio de la humareda de polvo para responder con contundencia y abrir unos metros que ya fueron suficientes para alzar los brazos vestido de amarillo como ganador de la séptima etapa del Tour disputada entre Tomblaine y la cima de Los Vosgos, de 176,3 kilómetros.

Publicidad

Pogacar marcó un tiempo de 3 horas 58 minutos 40 segundos, mismo registro que Vingegaard. El arreón alejó en 12 segundos a Roglic, 14 a Kamna y Thomas, 19 a Gaudu y 21 a Enric Mas, quien se mantuvo con los mejores hasta la explosión del esloveno.

Pogacar tenía marcada la etapa que suma su octavo triunfo en el Tour y el 42 en su carrera profesional. El trabajo de su equipo durante todo el día merecía la rúbrica del jefe de filas, tomó nota y le regaló al UAE un triunfo brillante.

“Tenía que recompensarlos por su esfuerzo, y además desde hace mucho tenía en mente esta etapa, para mi especial, la quería ganar. Vingegaard es uno de los mejores escaladores del mundo, tiene un gran equipo y toda la distancia que consiga es poca”, dijo en meta.

Otro paso en la general, otro aviso y otra piedra en el incipiente edificio del tercer Tour consecutivo. Pogacar llegará mañana a Suiza más líder, con 35 segundos sobre Vingegaard y 1 minuto 10 segundos respecto a Geraint Thomas, inmediatos perseguidores.

Fuga controlada

Otro comienzo frenético y batalla sin cuartel por formar la escapada del día. En la primera hora se cubrieron 50,6 kilómetros, un ritmo que dispersó muchas intenciones hasta que lograron abrir camino 10 hombres: Kämna, Schachmann, Asgreen, Erviti, Geschke, Teuns, Pedersen, Ciccone, Durbridge y Barthe, siempre controlados por un pelotón en el que los subalternos de Pogacar tomaron el mando de la persecución

Los hombres del emperador sabían que el alemán Max Schachmann estaba a 2 minutos 07 segundos del maillot amarillo y que podía resultar peligroso. Permitieron que la avanzadilla coronase el Col de Grosse Pierre con 2 minutos 30 segundos de adelanto. Schachmann y Kamna trataron de imponer delante la ley de la mayoría, y por qué no, tratar de que alguno de ellos diera al Bora-hansgrohe la primera gran etapa de montaña.

Schachmann llegó a ser líder virtual buena parte de la etapa, pero el sueño del liderato estaba en manos del UAE, inagotable en el mando del pelotón con los 8 hombres en cabeza llevando en carroza a Pogacar, en espera de acontecimientos.

La fuga entró al ascenso final de la Planche des Belles Filles con cuatro corredores en cabeza, Kamna, Geschke, Teuns y Durbridge. Se descolgó Erviti, cargado de bidones para hidratar a Enric Mas, que viajaba con los favoritos a apenas un minuto de la cabeza de carrera.

La subida a La Planche des Belles Filles, tenía esta vez el apellido de “Súper” Planche por la extensión de un km final de carretera de tierra antes de la última línea. Un puerto duro, donde hay que calcular las fuerzas para no sucumbir.

Por delante atacó Kamna a 5 kilómetros de la cima, con fuerza, sin mirar atrás, convencido de hacer valer el esfuerzo de toda la jornada. Su equipo metió 2 hombres en la fuga. A medida que se acercaba a tocar el cielo con las manos por detrás se desencadenaba la batalla entre la alta jerarquía.

El UAE hizo la subida implicando a todos sus efectivos, y a 2,3 kilómetros de meta Rafal Majka entró en acción para desbrozar el camino para Pogacar. El polaco se exprimió hasta reventar. Momento para el jefe. Pogacar se puso en pie, cambió de ritmo y miró a los rivales. Tuvo respuesta en Vingegaard, quien se atrevió a ofrecer un pulso al esloveno.

El danés se puso al frente. Pogacar lo miró, agachó la cabeza y apretó los dientes. Se fue a por él. Ambos arruinaron a Kamna, que ya se veía ganador, ahogado en la orilla después de tanto sacrificio. Codo con codo, el más rápido fue el jefe del Tour. Honor a una cima que ya puede llevar su nombre. Allí ganó el primer Tour, y tal vez encargó el tercero.

Este sábado la octava etapa entra en Suiza con el recorrido de 186,3 kilómetros entre Dole y Lausana, jornada de perfil ondulado con 2 dificultades de tercera y otras tantas de cuarta. El aliciente estará al final, en la Cota del Estadio Olímpico, de 4,8 kilómetros al 4,6 %. Algún “rematador” puede tener un día de gloria. (D)