Aún emocionada por el triunfo y con el cuerpo en recuperación por la exigencia de los 35 kilómetros de la prueba del mundial de marcha, Glenda Morejón regresó este miércoles al país, junto al equipo ecuatoriano de la disciplina, con 13 deportistas, campeones por equipos, en damas y varones, en la cita disputada en Omán.

Sus padres, Luis Morejón y Carmen Quiñónez, la recibieron en el aeropuerto, y fue para ellos la dedicatoria de la medalla de oro, así como a todo el país “por su apoyo y respaldo”.

La menuda deportista aún está en recuperación tras su debut en la distancia de 35 kilómetros, antes había hecho 10 y 20 kilómetros, aunque con iguales resultados, oro en distintos eventos.

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Pero este logro es especial, el primero de la imbabureña desde que dejó la categoría juvenil en 2018. “Es muy importante el triunfo, era un sueño que estaba pendiente el ganar en esta categoría adultos”, comentó la andarina de 21 años.

Morejón expresó su felicidad y satisfacción por esta nueva medalla y por aportar para el título por equipos de Ecuador, pero sobre todo por incursionar en una nueva distancia, aunque asegura que no será su especialidad.

“Fue una prueba muy exigente, de mucha paciencia. Nos fue bien en los 35 kilómetros, pero lo analizamos con mi entrenador (Julio Chuqui) y vamos a ir paso a paso. Me gusta pensar en el presente y pensar en el día a día al máximo, pienso en el aquí y ahora, el mañana es incierto”, comentó.

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Su cuerpo aún siente el esfuerzo que la llevó a la cima del podio. “Terminada la prueba y por la emoción no sentía nada, pero después empecé a sentir dolor muscular. Fue una prueba bastante dura, con los días, el cuerpo se ha ido recuperando, pero la disfruté mucho, que es lo que cuenta, disfruté cada kilómetro y valió la pena todo el trabajo y sacrificio, porque de eso también se trata el deporte”, señaló.

La medalla de oro en Omán descubre a una deportista “más madura, deportiva y emocionalmente, hay más madurez en todo sentido. He aprendido muchas cosas y eso uno asimila para ser mejor , apuntó la tricolor.

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En los últimos cinco años, Morejón pasó de ser una deportista que competía con zapatos desgastados a ser el centro de atención mundial como una de las mejores marchistas del planeta, por eso destaca el “esfuerzo y sacrificio” realizado, porque la gente no sabe lo que el deportista debe pasar para llegar a la cima, porque hay mucho detrás de una medalla, pero esto también es parte de un deportista, porque todo lo que nos pasa en bueno, nos permite aprender cada día, todo es aprendizaje”, indicó.

Morejón viajó a Cuenca donde seguirá su preparación con Chuqui, de cara al próximo reto de temporada en el mundial de atletismo en Estados Unidos, en julio, donde la tricolor espera “que lleguen más logros” personales y para el país. (D)