El Tour de Francia entra en su recta definitiva con el primer puesto casi asegurado para el esloveno Tadej Pogacar, y 6 candidatos a ocupar los otros dos escalones del podio separados por 113 segundos, y con 4 puertos pirenaicos antes de la contrarreloj definitiva.
Las jornadas de miércoles y jueves se anuncian decisivas para conocer la identidad de quienes acompañarán a Pogacar en el podio de los Campos Elíseos.
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Las llegadas al Col de Portet, considerado el puerto más duro de los Pirineos, este miércoles, y el díptico Tourmalet-Luz Ardiden al día siguiente se anuncian como jornadas esenciales para repartir las cartas que quedan pendientes en la ronda gala.
Seis ciclistas parten con opciones claras de ocupar esos dos escalones del podio. El colombiano Rigoberto Uran es el que parte en mejor posición y tiene una ventaja de 1 minuto 53 segundos (113 segundos) con el español Enric Mas, que es quien cierra el grupo de candidatos, en octavo lugar de la general
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Entre medias, el danés Jonas Vingegaard, a 14 segundos de Urán, con un segundo de renta sobre el ecuatoriano Richard Carapaz, cuarto mejor ubicado en la clasificación.
Al australiano Ben O’Connor le separan 25 segundos del podio y 43 al holandés Wilko Kelderman. El kazako Alexey Lutsenko tiene que recuperar 1 minuto 29 segundos para subir al cajón el próximo domingo.
La general lleva varios días fijada, con apenas cambios -la efímera inclusión del francés Guillaume Martin en el segundo puesto, que duró solo un día- pero a partir de mañana está previsto que vuele por los aires.
Col du Portet
La subida al Portet, la meta más alta del Tour, por encima de los 2.000 metros, precedida de dos ascensos de primera, el Peyresourde y el Val Louron-Azet, tiene que ser el escenario de una gran batalla entre los candidatos al podio, que buscarán jugar sus cartas en una montaña que solo ha sido ascendida en una ocasión en el Tour, en 2018 con triunfo del colombiano Nairo Quintana.
Vingegaard, Carapaz y Mas aparecen como los mejores escaladores y, por tanto, como los que se espera que pongan más dinamita en sus rampas, que en ocasiones superan el 11%.
Uran, Kelderman y Lutsenko pueden contar con la contrarreloj del penúltimo día como asidero para seguir acumulando opciones de lograr acabar entre los tres mejores.
El colombiano cuenta con el apoyo de su equipo al completo, mientras que Carapaz ha visto como el Ineos se ha mostrado como la formación más activa, aunque por ahora de forma ineficaz para llevarle al podio.
Otra de las incógnitas será ver al joven danés Vingegaard, un desconocido que se ha convertido en la revelación del Tour. Las dos etapas alpinas serán un buen test para comprobar si la fortaleza que mostró en el ascenso al Mont Ventoux es real o si, como le ha sucedido en otras ocasiones, la presión de liderar un equipo le puede.
Tampoco se sabe mucho cómo van a reaccionar O’Connor, Kelderman y Lutsenko, todos ellos desconocidos en los puestos altos de la general de una carrera del prestigio del Tour.
En el caso de Mas, quinto de la pasada edición, por ahora no ha dado muestras ofensivas, pero se acerca su terreno más propicio y cuenta también con un equipo que le puede respaldar. El español promete pelea y su compañero Alejandro Valverde ha prometido ayudarle hasta el final.
La última oportunidad llegará el jueves, cuando se dice adiós a la alta montaña con la subida al siempre temible Tourmalet, el postrero paso por encima de los 2.000 metros de la edición, y el ascenso definitivo a Luz Ardiden.
La montaña habrá dicho ahí su última palabra y ya solo quedará que hable el reloj, en la penúltima etapa. (D)