El vigente campeón de Wimbledon, Novak Djokovic, se reencuentra este viernes en semifinales con Jannik Sinner, al que eliminó el año pasado, mientras Carlos Alcaraz se medirá con el ruso Daniil Medvedev por el pase a la final y el sueño del título.

La hierba era hasta hace nada una superficie poco conocida del español y número uno del mundo, pero tras su reciente victoria en el torneo inglés de Queen’s afirmó haber venido a Wimbledon a “jugar una final”.

“Todo el mundo sabe que el principal favorito es Djokovic, eso está clarísimo, pero la sensación que tengo ahora mismo es que soy capaz de ganar el torneo”, afirmó Alcaraz tras imponerse al danés Holger Rune, que tiene su misma edad, en cuartos de final.

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Sin embargo, admitió que Medvedev “es un jugador realmente completo”. “Es un pulpo, atrapa cada bola y es un atleta increíble”, reconoció.

Por su parte, Djokovic, de 36 años y número 2 del mundo, que ha ganado este torneo siete veces, incluidas las cuatro últimas, estima ser el tenista con más posibilidades de volver a levantar el trofeo.

“No quiero parecer arrogante, pero por supuesto que me considero el favorito”, afirmó, y aseguró que “adora” ser el adversario al que todos sueñan con derrotar.

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“Ellos quieren ganar, pero no va a suceder”, dijo con una carcajada tras imponerse en cuartos de final a Andrey Rublev. El ruso (N.7) fue junto al polaco Hubert Hurkacz (N.18) el único que logró ganar un set contra Djokovic desde el inicio del torneo.

Pero Sinner también llegó pisando fuerte sobre la hierba londinense y a sus 21 años ya sabe lo que es enfrentarse al serbio en la pista central del All England Club.

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En la pasada edición, el espigado italiano pelirrojo, que acababa de eliminar precisamente a Alcaraz en octavos, ganó dos sets contra Djokovic en cuartos de final antes de que este realizase una impresionante remontada en los tres siguientes.

Desde entonces, Sinner afirma haber “trabajado mucho”, también a nivel mental.

“Va a ser un partido completamente diferente al del año pasado. Él me conoce mejor como yo lo conozco mejor también. Va a ser también un poco táctico”, aseguró.

“También es un poco mental, ¿no? Si juegas contra Novak, siempre es difícil, especialmente en Grand Slams”. Pero “lucharé por cada bola, voy a disfrutar del momento, pero sabiendo que puedo ir duro, tratando de ganarle”, afirmó. Asegura que desde el año pasado ha “mejorado físicamente”. “Puedo estar en la pista muchas horas sin sufrir”, subrayó.

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Trabajó sus golpes, por lo que ahora siente más confianza con las bolas cortadas y mejoró las voleas.

“Ahora tengo algunas cosas buenas en mi juego, y espero poder usarlo de la manera correcta”, dijo.

Djokovic avanza motivado por seguir haciendo historia, seguir batiendo récords. Si lograse su octavo Wimbledon igualaría con Roger Federer y superaría a Serena Williams en número de Grand Slams, 24, a la par que la veterana australiana Margaret Court. También progresaría en su sueño de lograr los cuatro títulos de Grand Slam en un año, tras vencer en el Abierto de Australia y Roland Garros.

Pero si Sinner encontrase la manera de imponerse, el italiano podría citarse el domingo en una final con Alcaraz, un inusual duelo entre jóvenes jugadores que marcaría el definitivo cambio generacional.

Medvedev, de 27 años, por supuesto intentará evitarlo.

“Es interesante jugar contra alguien como Carlos. Es un tenista increíble”, reconoció. “Pero he jugado contra muchos grades tenistas en mi carrera” y “he logrado ganar en numerosas ocasiones”.

“Si juego al 100% tengo oportunidades”, afirmó, pese a admitir que a diferencia de Djokovic o Rafa Nadal, con Alcaraz siente que puede no tener nunca un golpe victorioso. Y “si le das un golpe fácil, puedes tener graves problemas”.

(D)