Cuando en 1972 comenzó la grabación de los primeros capítulos del programa El Chavo del 8, para el comediante mexicano Ramón Valdés, quien le dio vida al entrañable personaje de Don Ramón, también hubo un arranque: el del tránsito rumbo a la popularidad y la fama planetaria -cosas que no alcanzó como actor de reparto en varias películas de su célebre hermano Germán Valdés, el inmortal Tin Tan, en la década de los años 50-. Pero justo cuando aquello ocurría para el actor el club de fútbol del que era aficionado, el Necaxa, había desaparecido.