Es extraño ver a Yerry Mina sin una sonrisa. Extraño verlo sin su habitual característica como es la felicidad. A pesar de haberse convertido en un refuerzo rimbombante para el Everton por allá en el verano de 2018, lo cierto es que hasta el día de hoy ese sueño de querer ‘comerse’ a la Premier League se ha convertido -por culpa de las lesiones- en una pesadilla sin fin.