El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, afirmó este lunes que tiene “la certeza” de que España y Portugal serán los anfitriones del Mundial 2030, dos países que “sienten” el fútbol.

“Tengo la certeza de que vamos a tener el Mundial 2030 en España y Portugal”, aseguró Ceferin durante su participación en la apertura de Football Talks, conferencias organizadas en Lisboa en la sede de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF).

Durante una intervención virtual, apuntó que ve la propuesta como “una licitación vencedora” y reconoció que van a trabajar “para ayudar”. “Está a la altura de Europa ser anfitriona del Mundial”, insistió.

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España y Portugal suscribieron un acuerdo para el lanzamiento de la candidatura conjunta en junio de 2021, once años después de haber presentado también un proyecto compartido para organizar el Mundial de 2018, que la FIFA otorgó a Rusia, en una votación en la que también concedió el Mundial de Qatar 2022.

Además de España y Portugal, Uruguay, junto con Argentina, Chile y Paraguay, lanzaron el pasado 2 de agosto en el Estadio Centenario de Montevideo su proyecto para el Mundial Centenario, como pretendido homenaje a los 100 años de la primera cita mundialista, organizada por Uruguay en 1930.

Ceferin se refirió también al futuro del fútbol femenino para apuntar que es un deporte en expansión, “completamente diferente a hace cinco años”, en el que se puede y debe invertir.

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“No perdemos dinero en invertir y vale la pena invertir. En los productos que son nuevos son en los que deberíamos invertir (...), porque es relativamente barato”, dijo.

Sobre el uso de la tecnología en el deporte, defendió el aprovechamiento de los recursos disponibles, como el VAR, aunque “el árbitro en el campo debería tener la última palabra”.

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La tecnología tiene una función “protectora” sobre los jugadores en caso de duda, pero “nunca debería sustituir al factor humano”.

Cuestionado por los tiempos de juego, descartó la propuesta de solo contabilizar el tiempo útil incluso en situaciones climáticas adversas y propuso que los árbitros penalicen a los que pierdan tiempo.

“Tenemos todas las herramientas para que no ocurra (...). Parar la bola significaría que el fútbol ya no es fútbol”, sentenció. (D)