El Fluminense tuvo el martes una noche de horror en el Maracaná. Fue eliminado por Lanús en cuartos de final de la Copa Sudamericana, vio incidentes de violencia entre la policía y la hinchada visitante en las tribunas y, para colmo, se quedó sin entrenador por la renuncia de Renato Gaúcho.

El Granate se anotó en su historia su propio Maracanazo, al avanzar a las semifinales del torneo regional con un empate 1-1, suficiente después de ganar 1-0 una semana atrás en Buenos Aires.

“Presenté mi renuncia”, dijo en rueda de prensa posterior al juego Renato, de 63 años.

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“A partir de ahora va a estar otro aquí” y “quiero ver si va a poner el equipo que el torcedor quiere o el equipo que tiene en su cabeza”, agregó con disgusto, al asegurar que siempre intentó “hacer lo mejor posible por el club”.

Con tono molesto, el DT que llevó al Flu a semifinales del Mundial de Clubes de la FIFA en julio aseguró que va a “descansar” y “dejar que los sabios de internet sigan hablando de fútbol”.

Campeón de la Sudamericana en 2013, Lanús enfrentará en semifinales al ganador de la serie entre Universidad de Chile y Alianza Lima, que se decidirá el jueves.

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El fracaso del Flu queda marcado por los choques entre la policía y aficionados del Lanús, que retrasaron por cerca de 20 minutos el inicio del segundo tiempo.

La trifulca, con la policía cargando contra hinchas visitantes con cachiporras y, por momentos, gases lacrimógenos, podría derivar en una multa para el equipo carioca, por ser local y por ello responsable de la seguridad.

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Futbolistas de Lanús se acercaron a la zona donde se registraba la riña, mirando hacia los graderíos, mientras hacían gestos de rechazo.

La violencia, de nuevo, aparecía en la Sudamericana, con el recuerdo de los brutales enfrentamientos entre aficionados entre Independiente y Universidad de Chile en Buenos Aires el pasado 20 de agosto, en partido de octavos de final, que dejaron 19 heridos.

El equipo argentino fue descalificado y La U pasó a cuartos.

Y no es el primer caso en Brasil en la Sudamericana 2025. Otros choques entre policías y fanáticos visitantes ocurrieron en la visita de Godoy Cruz a Belo Horizonte para enfrentar a Atlético Mineiro en octavos.

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La sorpresa se consumó con un gol de Dylan Aquino en el minuto 67, tras asistencia de Marcelino Moreno, quien había sido autor de la diana de la victoria del Granate en la ida, siete días atrás.

“Hicimos un esfuerzo enorme”, celebró Aquino, de 20 años, en declaraciones a la cadena deportiva ESPN. “El rival, que siempre es duro, nos complicó, pero pudimos salir ganando”.

Único club de Sudamérica que alcanzó este año las semifinales del Mundial de Clubes ganado en julio por el Chelsea, el Fluminense se descarriló en la segunda mitad después de jugar una solvente primera parte.

La anotación del uruguayo Agustín Canobbio, acrobática, había premiado las ganas que mostró el Flu desde el primer instante en el Maracaná en busca de la remontada.

Serna lanzó un centro desde la línea de fondo, Acosta cabeceó en dirección de Canobbio y el extremo charrúa, de espaldas al arco, marcó de tijera.

Cuando por fin se retomó la acción, Aquino, quien había entrado como suplente, niveló.

No desperdició un extraordinario pase dibujado por Moreno, verdugo de Fluminense, pues al final su gol del martes pasado terminó siendo letal.

Poco después de la conferencia de prensa de Renato Gaúcho, el propio Fluminense confirmó su salida.

“No está más al frente de la dirección técnica del equipo”, ratificó el club en un comunicado, en el que informó que el auxiliar Marcão asume el cargo de manera interina.

Antes del desenlace, el central Thiago Silva, uno de los grandes referentes del cuadro tricolor, evitaba individualizar responsabilidades tras la eliminación en una competición en el que tenían, reconoció, “grandes expectativas”.

“Cuando se pierde, perdemos todos”, expresó el zaguero de 41 años. (D)