La selección de Bolivia atraviesa una situación delicada que podría tener consecuencias deportivas graves. Dos de sus jugadores, Ramiro Vaca y Boris Céspedes, fueron detectados con sustancias prohibidas durante el partido ante Uruguay de las eliminatorias al Mundial 2026, lo que ha encendido las alarmas dentro de la Federación Boliviana de Fútbol y en los organismos internacionales que regulan el dopaje.