El Newcastle United ha pasado a ser, de la noche a la mañana, un equipo con perspectivas de bajar al Championship, a ser un contendiente para la Premier League en los próximos años. No es un milagro ni un cuento de hadas. Es Public Investment Fund (PIF), quien con sus 360.000 millones de euros ha posibilitado la creación de un nuevo rico en Inglaterra.

Pero, ¿qué es PIF? PIF es el fondo de inversión y ahorro del estado de Arabia Saudí. Su impresionante fortuna procede del petróleo, activo en el que los saudíes son una de las grandes potencias del mundo, pero en los últimos años han decidido diversificar sus inversiones ante la caducidad futura de esta fuente de energía.

Otros países también cuentan con fondos de este estilo para manejar sus fortunas, como es el caso de Noruega, con Norwegian Bank Investment Fund, que posee un capital superior al billón de euros, y Abu Dhabi, que supera los 700.000 millones.

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Para la compra del Newcastle, que apenas es un pellizco de 300 millones en su cuenta bancaria, han aportado el 80 % del capital, mientras que el otro 10 % lo ha dado PCP, un fondo de inversión privada británico, y el 10 % restante RB Sports & Media, otro fondo de inversión.

Esta supone su inmersión en el fútbol, después de tener ya participaciones en empresas importantes como Disney, Uber e incluso en la farmacéutica Pfizer. Estados Unidos ha sido uno de los grandes receptores de la riqueza saudí y hace cuatro años, durante una visita de Donald Trump a Arabia Saudí, PIF comunicó una inversión de 40.000 millones en infraestructuras en el país americano.

La cabeza visible del fondo es Yasir Al-Rumayyan, al que le colocó en el cargo el príncipe saudí Mohammed bin Salman, hijo del rey de Arabia Saudí, hace seis años. Graduado en Harvard y amante del golf, Rumayyan, que también tiene un puesto directivo en UBER y es presidente de la compañía de petróleo del país, Saudi Aramaco, delegará muchas de sus funciones dentro del club, pero ejercerá de presidente no ejecutivo del Newcastle.

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Esta relación entre PIF y el gobierno saudí es la que crea fricciones y miedo en torno a la operación, por mucho que la Premier League confirmara que ha recibido “pruebas legales” de que Arabia Saudí no controlará al Newcastle. El príncipe Mohammed bin Salman, conocido como MBS, está al frente del gobierno del país y se le acusa de haber ordenado el descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en la embajada saudí en Estambul, en 2018.

Estos hechos, junto a otras violaciones de los derechos humanos, han provocado el rechazo de organizaciones como Amnistía Internacional, que ha criticado duramente a la Premier League.

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“En lugar de permitir a aquellos implicados en la violación de los derechos humanos entrar en el fútbol inglés solo porque tienen dinero, instamos a la Premier League que cambie sus políticas de dueños y presidentes para que tengan en cuenta a los derechos humanos”, comunicó AI, preocupada también por cómo estos países están utilizando el deporte para lavar su imagen.

Tampoco un icono como Alan Shearer, máximo goleador histórico de la Premier League, las tiene todas consigo a la hora de darle el visto bueno a los nuevos dueños de su equipo. “Es muy importante que no escondamos debajo de la alfombra el tema de los derechos humanos. Tenemos que reflexionar sobre ello y destacarlo, pero son un fondo que ya ha invertido en este país. Es un problema muy grande, pero no es culpa de los aficionados del Newcastle”, apuntó Shearer.

Ahora bien, ¿Cómo va a cambiar esto deportivamente al Newcastle? Por fortuna para sus competidores, el Fair Play Financiero (FFP) evita que el despilfarro de dinero a corto plazo sea exagerado y es que esta regla permite a los clubes unas pérdidas máximas de unos 120 millones a lo largo de tres años. Eso sí, las medidas se han relajado debido a la pandemia de la covid, por lo que gastos mayores pueden ser justificados si se deben a esta crisis.

La gestión de Mike Ashley, el dueño del Newcastle durante catorce años y ampliamente criticado por no invertir, ha provocado que el club tenga unos beneficios de 40 millones de euros en las últimas tres temporadas, por lo que durante el próximo año, si PIF así lo quiere, las ‘Urracas’ podrían dejarse más de 150 millones en fichajes. (D)

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