Lo preguntamos en un foro de periodistas: ¿qué es mejor, tener un gran goleador o un gran técnico…? “Un gran goleador”, fue la respuesta general. Con todo respeto, disentimos: preferimos un magnífico entrenador. Este hará que aquel marque goles. Y que todo el equipo trabaje eficientemente en función de ello. La comprobación más palpable se llama Erik ten Hag, el notable estratega holandés. Asumió en julio del año pasado el Manchester United. En medio de las llamas provocadas por las derrotas, el hartazgo de años de vacas flacas y los desmesurados gastos en contrataciones, el foco mayor del fuego: Cristiano Ronaldo, esa montaña de ego. Con 37 años, además. Se negó a hacer la pretemporada e intentaba mandar en el vestuario. Y que todo el equipo trabajara en función suya, sin asumir que no estaba ni para ser titular. Y siendo que el exentrenador del Ajax apuesta por lo colectivo. Todas las individualidades en favor del conjunto. El Manchester debió elegir entre el técnico o el goleador. Optó por lo primero.