Desde el 2002 hasta acá, Ecuador ha clasificado a cinco mundiales; Italia -por ahora- a cuatro. En junio de 1995, hace justo treinta años, Italia ocupaba el 2.° puesto en el ranking Mundial de la FIFA, Ecuador el 76.°, había 74 casilleros de distancia entre uno y otro. Ahora Italia es 11.° y Ecuador 25.°.

Están cerca. Según Transfermarkt, la página web más consultada en valoraciones y análisis, Italia tiene un futbolista entre los primeros 100 del mundo, Bastoni, en el sitio número 34.

De Ecuador figuran tres, Moisés Caicedo (21), Willian Pacho (56) y Piero Hincapié (94).

¿Qué nos están diciendo estos datos…? El fútbol tarda en cambiar, las placas tectónicas de este deporte se mueven lentamente, pero se mueven. Son parte de las profundas modificaciones que el fútbol ha ido experimentando. Quien crea que el panorama es igual que en 1950 o 60 y que Italia es uno de los poderes supremos de este deporte se equivoca.

Electrocables Barraza

En la actualidad se debate en una dura realidad: deberá luchar mucho para no quedar fuera por tercera vez consecutiva de un Mundial. Y de un Mundial de 48 equipos.

Pirlo, Roberto Baggio, Del Piero, Paolo Maldini, Franco Baresi, Paolo Rossi, Gigi Riva, Gianni Rivera… Todos los ilustres próceres del calcio cohabitan en un álbum amarillento cuyas hojas parecen deshacerse.

Los actuales están a años luz de aquellos. Parecen una civilización antigua. ¿Por qué se extinguieron…? Es algo que deberán estudiar los arqueólogos.

Brasil cumplirá 24 años sin un título mundial y no parece demasiado probable que lo logre el año próximo. Ya no es el máximo favorito a ganarlo, como lo ha sido en los últimos 16 torneos, desde 1962 a 2022. Ahora es el quinto candidato. Y más por historia que por presente. Los jóvenes de treinta años no han visto jugar ni siquiera a Ronaldinho en esplendor, en sus maravillosos años de Barcelona del 2003 al 2007. Kaká ganó el Balón de Oro para Brasil por última vez en 2007.

La Alemania modelo 2025 ya no asusta. La de los cracks estelares tipo Beckenbauer, Müller, Matthaus, Paul Breitner, Uwe Seeler, Rummenigge, Netzer, Klinsmann, Klose es parte de la historia. En los mundiales de 2018 y 2022 fue eliminada en primera fase.

Puede que dos muchachos talentosos como Musiala y Wirtz le devuelvan el brillo, aunque deben demostrarlo.

Italia, Alemania y Brasil, que eran las tres máximas potencias, ya no lo son. Ahora lideran Argentina, España y Francia. Y lideran no solo por los títulos, también desde el juego.

Un escalón más abajo asoma Portugal, que en los últimos tiempos conquistó tres títulos europeos: una Eurocopa y dos Ligas de Naciones.

Y no solo eso, tiene una veintena de figuras en las cinco grandes ligas de su continente: Vitinha, Bruno Fernandes, Bernardo Silva, Ruben Dias, João Neves, Pedro Neto, Nuno Mendes, Rafael Leão, Francisco Conceição, João Felix.

Hay otras decenas de mutaciones. Ejemplo: Japón. Hasta 1998 nunca había ido a un Mundial, ahora lleva ocho clasificaciones consecutivas. Y en el de 2022 venció a España y Alemania.

Exporta jugadores y despliega muy buen fútbol, con atletas muy técnicos. ¿Quién hubiese contratado un jugador japonés en 1990 o en el 2000…? El mismo ranking de la FIFA dice cosas: Brasil es 5.°, Alemania 9.°, Italia 11.°.

Antes no bajaban del podio. Desde luego pueden volver a la cima, los grandes saben cómo hacerlo. Pero la base competitiva se ha ensanchado y hoy cualquiera puede asomar la cabeza y tumbar al más pintado.

¿Cuáles son las razones…? Mucho tiene que ver con los protagonistas. La calidad y la cantidad. Y con los técnicos. Brasil no tiene técnicos, y su superestrella es Vinicius, que lleva tres goles en dos Eliminatorias.

Electrocables Barraza

Casi siempre amaga hacia afuera, engancha para adentro y patea combado al segundo palo. Ya más o menos los marcadores le pescaron la onda y lo anulan. No decide partidos, como sí lo hace un auténtico clase A.

Y sin verdaderos cracks es difícil ser campeón. Mucho más establecer dominios o reinados largos. En su penúltimo juego clasificatorio, Brasil fue a enfrentar a Ecuador sin un 10, sin ningún creativo.

Un mediocampo ciento por ciento de lucha, con Bruno Guimarães (volante de ida y vuelta, un corredor), Casemiro (puro de marca y leña) y Gerson (un 5 con algo de manejo). Primera vez que vemos un Brasil sin armadores.

“¿Dónde se perdieron los brasileños…?”, se pregunta Ricardo Rozo, magnífico analista colombiano.

Y se responde: “Siempre han tenido el buen pie, visión de juego, intención de ataque, tocar y tocar, driblar. Creo que a Brasil le pasó factura ganar el Mundial 94 con un fútbol mezquino. Llevaban 24 años sin ganarlo a pesar de tener un fútbol muy bueno, y coronarse así los inclinó hacia un estilo más físico. Sí, después tuvieron una generación dorada, que ganaba por la enorme diferencia de sus individualidades, pero que desde el banco (Scolari) no transmitía nada”.

Javier Minniti, gerente deportivo del Boston River, de Uruguay, dio una pista: “En marzo estuvimos cinco días en Bahía, una de las ciudades más pobladas de Brasil, y nos sorprendió que, fuera de los dos equipos de la ciudad, el Vitória y el Bahía, que tienen sus complejos, no hay canchas de fútbol de once con pasto natural en toda la ciudad”.

Y agrega: “Nosotros viajamos y dijimos: ‘es Brasil, debe haber diez millones de canchas, alguna alquilaremos’. Pues no, no es así, mucho fútbol 5 sobre piso sintético y de puro cemento, pero nada de canchas grandes”.

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Rodolfo Chisleanschi, colega de La Nación, de Buenos Aires, apoya: “Estuve en el Mineirão el día del 1-7 ante Alemania. Vi el partido sentado entre colegas brasileños.

Ya por entonces me hablaban de cómo el futsal le había comido el terreno al fútbol en cuanto a ámbito de formación y surgimiento de jugadores. También de la falta de formadores de alta calidad en los clubes, y de que el único objetivo es vender cuanto antes a los que vayan saliendo. Así es imposible mejorar la calidad general”.

Veremos qué logra Carlo Ancelotti con el material disponible a un año del Mundial.

“Lo de España es increíble en evolución. Pasó de la extinta furia roja a ser el más ganador de Eurocopa en 16 años y mostrando por lo menos tres o cuatro equipos de gran nivel en ese lapso -señala Ricardo Rozo-. Lo que parecía ser una excepción, fruto de una generación dorada (Xavi, Iniesta, Casillas, Puyol, Ramos, Villa), resultó ser consecuencia de un desarrollo enorme de su fútbol tanto técnica como tácticamente”.

Con España hay otra explicación: sus entrenadores: empezaron con Luis Aragonés y luego surgieron Del Bosque, Guardiola, Luis Enrique, Arteta, Unai Emery, ahora Xabi Alonso.

Eso entre los técnicos famosos, pero hay docenas menos conocidos por todo el mapa. Chisleanschi aporta: “Cruyff fue el gran artífice de un cambio que había empezado a esbozarse con la Quinta del Buitre en el Madrid y siguió con Valdano y algunos DT jóvenes como Lillo o Víctor Fernández. La Federación cambió radicalmente los programas de enseñanza para futuros entrenadores y los técnicos españoles empezaron a invadir el mundo”.

Francia tiene diseminadas escuelas de fútbol de excelencia por todo su territorio, de ahí la cantidad de valores que saca. Y para Argentina hay un argumento simple: la pasión. Ningún país tiene semejante devoción por el fútbol. Eso y Scaloni. (O)