Nunca las matemáticas son tan frecuentadas en Sudamérica como cuando llegan las últimas fechas de la Eliminatoria: millones en varios países sacan cuentas y hacen números entre el temor de quedar en el camino y la esperanza de ser uno de los cuatro o cinco que acudan al Mundial. En esta competición, la de mayor tensión de todas las que existan en el fútbol, el día que el rival está mal y el partido invita, hay que buscar goles, sobre todo en Quito. Como nunca, queda reflejada en la tabla de la importancia de hacer red. Más allá de la balsámica ventaja de Ecuador sobre Colombia y Perú –6 puntos–, lo que le da verdadera tranquilidad es la diferencia de gol: +10, en tanto sus siete perseguidores tienen saldo negativo: Colombia -1, Perú -5, Chile -1, Uruguay -7 (raro un cuadro uruguayo con tantos goles en contra, tradicionalmente su fuerte; siete de sus nueve adversarios recibieron menos), Bolivia -8, Paraguay -9, Venezuela -16. La Tri ya tiene garantizado ese punto adicional, que suele ser decisivo. Un ejemplo: es casi imposible que, en cuatro cotejos, Uruguay le descuente siete puntos y diecisiete goles.

Acertó Gustavo Alfaro cuando, tras vencer 1-0 a Venezuela, declaró: “El cero en nuestro arco nos llevará al Mundial”. Ya ni ganar le hace falta, con empatar uno o dos de los cuatro, habrá conseguido el objetivo. Lo sostenemos desde hace tiempo: esta edición se definirá con menos puntos que otras. A esta altura, en la clasificatoria para Rusia 2018, el cuarto sumaba 23 y el quinto 22, ahora ambos tienen 17.

Dada la grandísima ventaja existente, sería una catástrofe que a Ecuador se le escapara esta clasificación. Pero no pasará, no lo garantiza este cronista sino la fortaleza del conjunto. Alfaro ha encontrado los jugadores, les ha dado un funcionamiento, el equipo está sólido y le sobran variantes, sobre todo atrás y en el medio. Y entre aquel 8 de octubre de 2020 del inicio en Buenos Aires y hoy se han afianzado varias figuras como Hincapié, Félix Torres, Estupiñán, Jhegson Méndez, Moisés Caicedo, Gonzalo Plata, Michael Estrada.

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Como piensa Ángel Mena (otro que ha sido un baluarte), “sería ideal clasificar al Mundial ganándole a Brasil”. Desde luego, eso representaría un broche de oro, coronar en la primera noche. Pero un punto también sería una piedra preciosa. Tanto que hasta es posible que con 24 y +10 le alcance para lograr el pasaje a Catar.

Puede que muchos caigan en la tentación de creer que Brasil llegará relajado porque ya fue a probarse el traje de delegación, o porque no juega Neymar. Error, los veintidós convocados por Tite se están jugando la titularidad, algunos incluso el honor de ser mundialista. Un buen paradigma es el de Eder Militão. El zaguero tiene un presente estelar en el Real Madrid, hace goles, es un portento físico, pero Marquinhos y Thiago Silva están muy, muy firmes ahí atrás. Aquel quiere un lugar, estos no aflojan un centímetro. Ninguno cometerá el desatino de jugar a media máquina. Lo mismo acontece en la primera línea de volantes donde hay lugar para dos y los pretendientes son cinco: Casemiro, Fred, Fabinho, Gerson y Bruno Guimarães. Y otro tanto en la delantera, donde cuatro pelean dos lugares: Gabigol, Vinicius, Gabriel Jesús y Matheus Cunha (le ha quitado el puesto en varios partidos a Luis Suárez en el Atlético de Madrid). Brasil ya consiguió su boleto, estos partidos le servirán a Tite para delinear el plantel que irá a Catar y los once que arrancarán jugando. Por rendimiento, carácter y compromiso con la Seleção. Los jugadores lo saben perfectamente. Son los últimos cuatro duelos oficiales y revisten una importancia interna enorme. Antes luchaban contra sus rivales para sumar puntos, ahora disputan entre ellos para estar entre los elegidos.

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Lo mismo pasa con Argentina, no estará Messi pero Scaloni tiene 30 futbolistas que llama en cada convocatoria. Todos muy parejos. De esos, solo 23 estarán en Catar. Y los titulares son los que protagonizarán la mayor cantidad de partidos en el Mundial. El que empieza jugando, si no lo hace muy mal, sigue. Porque, de no tener suspendidos o lesionados, el día del debut el técnico pone a los once que más le gustan. Por eso, si Chile piensa que Argentina se regalará o jugará por cumplir el reglamento, se equivoca.

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A propósito de Chile, es seguramente el que más difícil tiene la empresa. Más allá de la severa suspensión de tres jornadas que deberá cumplir su líder indiscutible, Arturo Vidal (una pérdida terrible), tiene un camino rocoso por delante: Argentina en Calama, Bolivia en La Paz, Brasil de visitante y Uruguay en Santiago. Durísimo. Frente a esos rivales debería sacar, como mínimo, 8 puntos sobre 12. Y es muy factible que Uruguay llegue a esa última fecha con la desesperación de tener que ganar sí o sí, con lo cual dejará la vida en el intento. Si Chile se mete entre los cinco será una proeza que se recordará por décadas.

Dos entrenadores debutarán en esta ocasión, y ambos estrenos revisten capital importancia. Diego Alonso tomará el mando de Uruguay tras 16 años de Óscar Tabárez. Es una incógnita total, nadie sabe cómo puede influir. Los jugadores estaban habituados al Maestro, pero su despido fue una decisión personal del presidente de la AUF, Ignacio Alonso (así lo reconoció él). El veterano Diego Godín definió el choque de hoy ante Paraguay en Asunción: “Es una final”. Si pierde, estará virtualmente afuera. Y si empata quedará con respirador artificial.

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Y otro que hace su presentación es José Pékerman, ultraconocido. Su prestigiosa presencia viene a alterar suposiciones. El principal supuesto es que, por ser último y llamarse Venezuela, con sus eternos problemas organizativos, iba a perder los cuatro partidos faltantes. Pero la llegada de José ha cambiado radicalmente el escenario. “La contratación de Pékerman ha despertado una emoción tremenda entre los hinchas y ha revolucionado el ambiente. Nadie creía que se podía dar –cuenta Miguel Vallenilla, fotorreportero venezolano–. Ahora hay esperanzas de que la Vinotinto pelée un cupo mundialista de verdad. No para Catar, sí para la siguiente. Sin embargo, Pékerman aseguró que lucharán con máximo empeño en estos cuatro cotejos. Ha convocado a todos los mejores y todos han venido, hay mucha ilusión”.

Y Venezuela será juez de tres que aspiran a un lugar en el avión: Bolivia, Uruguay y Colombia. ¡Cuidado ahí…! La Vinotinto puede enterrar a más de uno. (D)