Nunca las matemáticas son tan frecuentadas en Sudamérica como cuando llegan las últimas fechas de la Eliminatoria: millones en varios países sacan cuentas y hacen números entre el temor de quedar en el camino y la esperanza de ser uno de los cuatro o cinco que acudan al Mundial. En esta competición, la de mayor tensión de todas las que existan en el fútbol, el día que el rival está mal y el partido invita, hay que buscar goles, sobre todo en Quito. Como nunca, queda reflejada en la tabla de la importancia de hacer red. Más allá de la balsámica ventaja de Ecuador sobre Colombia y Perú –6 puntos–, lo que le da verdadera tranquilidad es la diferencia de gol: +10, en tanto sus siete perseguidores tienen saldo negativo: Colombia -1, Perú -5, Chile -1, Uruguay -7 (raro un cuadro uruguayo con tantos goles en contra, tradicionalmente su fuerte; siete de sus nueve adversarios recibieron menos), Bolivia -8, Paraguay -9, Venezuela -16. La Tri ya tiene garantizado ese punto adicional, que suele ser decisivo. Un ejemplo: es casi imposible que, en cuatro cotejos, Uruguay le descuente siete puntos y diecisiete goles.