No demos vueltas, esos cinco del título van al Mundial. Nos preguntan de continuo quiénes clasifican. Esos van. ¿El sexto…? Puede estar entre Paraguay y Venezuela. “Pero recién se jugó una fecha y son dieciocho…”, nos replican. Sí, pero es la percepción que nos dejan los amistosos previos y la jornada inaugural, el juego de cada uno, el plantel que poseen, su técnico. Comenzó el torneo más hermoso, el de mayor tensión competitiva, el único que no confiere un título al ganador. Y el más difícil del mundo: la eliminatoria sudamericana ¿Qué vimos en el arranque de la eliminatoria…?

* Abundancia. La de Brasil. Sin Vinícius (lesionado), Antony (denunciado por agresión a su exnovia) y Paquetá (investigado por una trama de apuestas irregulares), mandó al campo a Rodrygo, Raphinha, Neymar y Richarlison. Pasó por encima de Bolivia: 5 a 1. Y le quedaban en la recámara Gabriel Jesús y Gabriel Martinelli, los dos del Arsenal. Estamos hablando de seis atacantes con gol, creatividad y potencia. Cuando se tiene tal dotación es imposible no conseguir un boleto. Atrás, igual, faltaron Eder Militão y Thiago Silva, pero estuvieron Marquinhos y Gabriel Magalhaes. Al arco fue Ederson y al banco, Alisson.

Brasil afronta la eliminatoria con técnico interino. Y si jugara sin técnico es igual, siempre es Brasil.

Publicidad

* Revolución. La de Marcelo Bielsa en Uruguay. Está derrumbando un muro peor que el de Berlín: 120 años de una manera de ver, jugar e interpretar el fútbol. Lejos del histórico juego áspero, defensivo y rompedor del fútbol uruguayo, el entrenador dejó fuera a Suárez, Cavani y los demás referentes de la era Tabárez, armó una selección jovencísima, con un promedio de 23 años, y les imprimió su sello. “Mi estilo es atacar”, dijo el rosarino alguna vez. Y Uruguay salió con bayoneta calada. Salida rápida desde el fondo, traslado veloz y con pases largos en el medio, apertura a las puntas y llegada con mucha gente. Los muchachos celestes captaron la idea y barrieron a Chile 3 a 1. Varios nombres nuevos en Uruguay, pronto serán conocidos.

* Insólito. La escasa cantidad de público en el estadio Centenario para presenciar lo que puede ser una nueva era, la de Bielsa: apenas 28.000 espectadores. Si ya de por sí Uruguay es el país más caro de América del Sur, las entradas tenían precios exagerados y la gente se abstuvo. Pero el equipo despertó enorme entusiasmo, incluso en los medios, y en la próxima fecha de local seguro habrá lleno.

* Revolución II. La de Colombia, con Néstor Lorenzo. Entrevemos que hará un buen premundial y llegará con tranquilidad a la meta. No será una Colombia con superhéroes. No hay más Valderramas, Asprillas, Willingtons, Valencias, Falcaos. En cambio, será un equipo signado por la eficiencia. Más seguridad defensiva, también tránsito rápido por el medio y movilidad. No hay nombres rutilantes y siguen faltándole goleadores, seguramente marcará por elaboración y puede ser cualquiera. En el 1-0 sobre Venezuela fue Borré, el martes puede ser otro. Colombia lleva nueve partidos jugados con Lorenzo, ocho amistosos y este por los puntos. Va invicto. Los números no dicen todo, pero algo cuentan.

Publicidad

* Distinto. El jugador diferente de Colombia, claramente, es Luis Díaz, crack de verdad en el Liverpool. Sin embargo, le falta el partido consagratorio en la selección, uno que rompa todo. Contra Brasil o Argentina, uno con tres goles, uno que lo gane solo, uno que lo dé vuelta él. Algo por el estilo. Juega bien, ha convertido, le falta eso. Y ya lleva 40 internacionales con la amarilla.

* Una vez más… Messi. Es increíble que un jugador lleve 19 años deslumbrando y haciendo goles dos veces por semana, el fútbol eso no lo vio nunca. Ni con Maradona ni con Pelé. Sin que sea su noche cumbre, volvió a definir un partido que se le complicaba a Argentina. Como señaló Nico Estévez, técnico español del Dallas FC de Estados Unidos: “Un tiro libre para Messi equivale a un penal para los demás jugadores”. La barrera parecía una multitud, pero igual la metió junto al palo y ganó Argentina 1 a 0. Maradona le dijo en 2010, cuando lo instó a ejecutar las pelotas paradas: “En el tiro libre, si la pelota pasa entre las cabezas del primero y el segundo tipo de la barrera, es gol”. Exactamente por ahí pasó la bola. A los 36 años define los partidos hasta caminando. Y era su juego número 12 en 48 días, con viajes en el medio, sin haber hecho pretemporada, cambiando de país, de club, de torneo. Lo que no cambia es su bestial efectividad.

Publicidad

* Peso. El que deberá soportar desde ahora Moisés Caicedo, el pase récord en toda la historia de la Premier League: 144,5 millones de dólares por un volante tapón. Algo que parece completamente fuera de razón. En cada salida al campo lo mirarán y evaluarán de acuerdo a ese valor. Es un elemento que juega a cuarenta o cincuenta metros del arco, no tiene gol ni pase-gol, no destaca por el remate. Era el encargado de controlar a Messi. Y no lo hizo mal. Pero cerca del final cometió un error, una falta innecesaria sobre Lautaro Martínez al borde del área cuando Martínez había hecho un pase hacia atrás. Llegó tarde y lo pisó. Del tiro libre, gol de Messi y ganó Argentina. Ya le había pasado en dos partidos en el Chelsea.

* Aprobado. A pesar de la derrota, Ecuador mostró una vez más la fibra anímica de su tropa, la fuerza física y la calidad de sus defensas. Y conste que faltó el mejor de los de atrás: Piero Hincapié. Hizo un partido muy digno ante Argentina, aunque no remató al arco, le faltó volumen ofensivo. Pero tiene madera de buen equipo. Lionel Scaloni fue muy elogioso con la Tricolor: “No creamos que Ecuador es un equipo normal, porque es de los mejores”. Y así lo ve todo el continente. Igual, deberá levantar los 3 puntos menos que tiene por sanción. Y ahora se le viene un Uruguay entonadísimo.

* Merecido. El triunfo de Argentina. Le costó, pero lo buscó de principio a fin. Tuvo seis situaciones de gol -más el gol- contra ninguna de su rival, que lo esperó atrás. Quería ganar y agradar a los 85.000 hinchas que fueron a ver al campeón. Pero no brilló la Albiceleste, es complicado hacerlo ante un equipo tan fuerte físicamente del medio hacia atrás y que se abroquela. Aunque no lastima en ofensiva. Al menos no esta vez.

* Palos. “Punto de oro”, “Notable empate”, “Con diez”… Los títulos de la prensa limeña se referían a la selección peruana. Muy efusivos. Y no mienten. Pero esconden. Ocultan el vendaval que fue Paraguay. Seis tiros en los palos y cinco o seis tapadas milagrosas de Gallese (o muy milagrosas), once córners en contra frente a uno a favor de Perú, 60 % de posesión de Paraguay (que pareció más que eso…), 19 remates guaraníes por 5 de Perú… La nueva selección de Juan Reynoso llegó a Ciudad del Este -allí se jugó- sin seis titulares: Lapadula, Cueva, Aquino, Callens, Zambrano y Édison Flores. Igual, fue muy desbordada. Y el martes recibe a Brasil…

Publicidad

* Empuje. Paraguay, cabe subrayarlo, volcó sobre el césped un irrefrenable deseo de arrancar ganando para cortar la racha de faltar a tres mundiales. E hizo todo para ello, menos el gol. Fue su pecado. Pero tuvo una intensidad por momentos inaguantable. La Albirroja parecía la Naranja Mecánica de Johan Cruyff, atacaba por aire, mar y tierra. Veremos qué es Paraguay frente a otros rivales. Y un jugador para seguir: el joven puntero izquierdo Ramón Sosa (Talleres de Córdoba va a sacar muchos millones por él). Estaba enloqueciendo a Advíncula por la izquierda. El lateral de Boca le dio dos trancazos terribles y se fue expulsado. (O).