¿Debería el tenis repensar su calendario veraniego? Cada año es más evidente el sofocante sol y la pegajosa humedad que acecha a los jugadores mientras dura la temporada de canchas duras en Norteamérica.
Los torneos de Washington D. C., Toronto, Cincinnati y el US Open son verdaderos saunas donde incluso los más preparados tenistas pueden sucumbir súbitamente.
Jugadores desmayados o caídos en el piso buscando la sombra , como Arthur Rinderknech.
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Otros mareados y vomitando en pleno juego como el argentino Comesaña , o el extremado agotamiento físico que sufrió Zverev en cuartos de final (contra un irreconocible Ben Shelton) y también en la semifinal con Alcaraz.
Estas son alertas rojas de los serios riesgos que significa competir a tan altas temperaturas.
Los deportistas han tenido que recurrir a bolsas y cubetas de hielo para ponerse en la cabeza, grandes toallas heladas para enfriar el cuello, ventiladores a full que lanzan viento húmedo mientras descansan unos segundos entre games, etc.
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¿Habrá alguien que le diga a la ATP que no deben programar partidos a las horas pico de sol? Puesto que además está el asunto del cáncer de piel por la sobreexposición a la luz solar.
El tenis femenino (WTA) sí tiene una reglamentación especial para condiciones de calor extremo, dando una pausa de 10 minutos al terminar cada set. Los varones no la tienen.
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A diferencia del fútbol o del football americano, en el tenis no se pueden hacer cambios de jugador. Siendo un deporte individual, tiene que continuar el mismo raquetista todo el partido y en el caso de los hombres, sin tener pausas especiales para hidratación.
El colmo de los incidentes ocurrió en la final del Masters 1000 de Cincinnati, cuando el número 1 del mundo, Jannick Sinner, tuvo que abandonar en el primer set de la tan esperada revancha con Carlos Alcaraz.
Miles de fanáticos se quedaron con los tickets pagados para observar un buen espectáculo, la transmisión por TV y streaming se quedó sin rating, los sponsors no pudieron pasar su publicidad y nos dejó un sabor amargo por ese inesperado desenlace.
Dicen que el pelirrojo de San Candido tuvo un virus que le ocasionó alta fiebre desde el día anterior, la prensa deportiva italiana ha insinuado que su compatriota se excedió en los festejos de cumpleaños.
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Lo cierto es que Sinner iba 0-5 abajo en el primer set y ante el malestar físico que sintió prefirió retirarse, ya que de esa manera también preservó su salud con miras al US Open que empieza por estos días en Nueva York.
Según los meteorólogos, continuará la fuerte ola de calor, especialmente la primera semana de Flushing Meadows. Ojalá los organizadores del último Grand Slam del año comprendan bien los estragos que está causando el riguroso clima y tomen todas las medidas necesarias para evitar peligros innecesarios y salvar el espectáculo tenístico. (O)