Diez años no se sostienen solo con atajadas, sino con carácter, liderazgo y una conexión con la gente. Máximo Banguera lo sabe mejor que nadie. Llegó a Barcelona Sporting Club en el 2009 sin el cartel de figura, pero con la convicción de hacerse un nombre en el arco más exigente del país. Terminó convirtiéndose en un ídolo del Ídolo. Campeón nacional en 2012 y 2016, protagonista de la histórica campaña a semifinales de la Copa Libertadores 2017 y referente indiscutido en el camerino, Banguera construyó una década que mezcló gloria, presión y madurez. Hoy, ya fuera del club y retirado del profesionalismo, expresó durante una entrevista con EL UNIVERSO su deseo de regresar, esta vez desde la dirigencia, como presidente.
¿Se imaginó todo lo que iba a vivir con Barcelona SC?
No imaginé quedarme mucho tiempo. En el 2009 cuando llegué fue un año bastante duro en lo grupal porque jugamos el descenso. En lo personal me fue bien porque hice un bonito año y eso me abrió las puertas para ir a otros equipos, pero me di la oportunidad de quedarme en Barcelona SC. Me fui afianzando y ganando el cariño de la gente con trabajo. No llegué como figura, estaba en Espoli. No tenía la trayectoria para ser el arquero de Barcelona SC, pero me lo gané con trabajo.
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¿Cómo fueron sus primeros días en el club?
Tuve la suerte de que estuvo Benito Floro y a él le gustaban los jóvenes, incluso me dijo que iba a jugar.
¿Qué se lleva de Barcelona SC?
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El cariño de la gente. Estoy agradecido con la hinchada, con los dirigentes que pasaron por la institución. Me apoyaron y confiaron en mi trabajo, lo más lindo es haberle podido regalar esos títulos.
¿Le quedó algo pendiente?
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Ganar una copa internacional, una Libertadores o Sudamericana. Quedó pendiente como jugador, pero en algún momento la ganaremos como dirigente.
¿Quiere ser presidente?
Para todo eso nos seguimos preparando. En el momento adecuado vamos a llegar. Me gustaría ser presidente de Barcelona SC, de donde requiera yo voy a estar con la predisposición para poderlo hacer sin ningún problema.
¿Después de su salida pensó en volver?
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No iba a estar del todo contento, y cuando no te vas a sentir bien en algún lugar lo mejor era tomar esa decisión. Había la posibilidad de regresar, pero decidí que no me iba a sentir bien.
¿Concluyó que era el fin de su ciclo en Barcelona SC?
Sí, igual ya lo sabía antes de renovar. No sabíamos si iba a continuar Pepe Pancho (José Francisco Cevallos, expresidente). Ya sabía que hasta ese año iba a estar.
¿Qué recuerda de Guillermo Almada?
Fue un entrenador que te ayudaba muchísimo en lo psicológico. Creer en tus condiciones, y eso ayudó. Si te das cuenta, jugadores como Ely Esterilla, Marcos Caicedo, Roosevelt Oyola, Tito Valencia tuvieron sus mejores momentos con Guillermo. Después ya desaparecieron, el mismo Wachito Vera. Eso ayudó muchísimo para que podamos sacar lo mejor.
Al principio fue complicado con la disciplina que implementó...
Nos dimos cuenta de que había un gran potencial, a la final uno salía satisfecho del entrenamiento. Cuando un entrenador quiere cambiar muchas cosas, pero trabaja bien, es positivo. No como otros entrenadores que querían cambiar todo y trabajaban mal y no concordabas con eso.
¿Le tocó vivir esa situación en Barcelona SC?
Sí. Con el mismo Leo Ramos, cuando salió Almada. Quiso cambiar muchas cosas pero no... para mí fue el peor entrenador que llegó a Barcelona SC con sus cosas raras.
Cuando se fue hizo fuertes acusaciones en contra del plantel...
Era un sinvergüenza, lo sabíamos desde el momento que llegó. Era un tipo falso, doble cara, nunca habló en Ecuador sino cuando estuvo lejos, y no lo hará tampoco. Fue lo peor que pudo contratar una dirigencia como entrenador. (D)























