Carlos Alejandro Alfaro Moreno sumó su cuarto campeonato de Ecuador con Barcelona Sporting Club. A los logrados en 1995 y 1997 como goleador, sumó uno desde el cargo de vicepresidente deportivo en 2016, y otro en diciembre pasado como presidente en su primer año de administración. Su “obsesión” por los detalles aún no le permite “asimilar completamente” la estrella 16 del club canario. Se sinceró en diálogo con EL UNIVERSO.

Ganó títulos como jugador (dejó huella con su clase en los argentinos Platense e Independiente también) y dirigente, ¿cuál es el más importante?

Todos tienen un sabor especial. Este todavía no lo asimilo. O no termino de asimilarlo, lo disfrutaré con el paso del tiempo. Por lo que vivimos y desde este punto (dirigencial) se sufre mucho más. Es especial por la situación como recibimos el club (deuda de $ 45 millones), por la pandemia y… qué más motivación que darle una alegría a nuestra gente en un año así.

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¿Qué se siente ganar un título como presidente de Barcelona?

Una satisfacción enorme, un orgullo inmenso. Porque antes pude disfrutarlo como jugador y como vicepresidente, sé lo que significa para los hinchas de Barcelona olvidarse un ratito de los problemas gracias al fútbol. Es una gran bendición. Tuvimos esa posibilidad y nos aferramos a ella. En mercadeo nos describen con el n.º 16 (corona nacional de los toreros) y la palabra gigantes en el medio. Y somos gigantes en la fe por lo que construimos. Gracias a Dios por esta bendición.

¿Cuál era el temor más grande en la previa de las dos finales contra Liga de Quito?

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La ansiedad. Fue una mezcla de sensaciones importante. Me considero un obsesivo en los detalles. Estuve bajo el mando de Bilardo (Carlos, extimonel de la Albiceleste) dos años, y fui seleccionado cuando Argentina era campeón del mundo (1986), y me marcó para siempre. Creo que en esa suma de detalles, en mi caso, está la obsesión.

¿Roza la perfección?

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La perfección no la logramos nunca, sobre todo en nuestro medio sudamericano. Queremos orientarnos hacia un modelo de institución, que el hincha de Barcelona se sienta orgulloso de su club no por los logros deportivos, sino por una gran organización. Nos estamos convirtiendo en una gran corporación, con departamentos, gerencias… Es parte de lo que planificamos desde la campaña (electoral, 2019). No contábamos con la pandemia, dejamos de percibir $ 7 millones por taquillas y aportes de socios. Pese a eso, nos la hemos ingeniado para bajar el presupuesto.

¿Cuánto se ahorró?

Del año 2019 al 2020 se bajó un 35 %, y hoy estamos direccionados a seguir bajando.

¿La clave para lograr el título?

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Ser sólidos en nuestro pensamiento como institución, fe de gigantes, ser gigantes en la fe, un grupo unido. Una cosa es sufrirlo o vivirlo día a día y otra cosa es estar convencido de que el equipo se hallaría. Visualizamos un punto de inflexión donde Fabián (Bustos, entrenador canario) iba a encontrar el once (plantel estelar), donde el equipo comenzaba a funcionar. Después del Clásico (1-1, 6 de diciembre) y ante Guayaquil City (2-0, 9 de diciembre) nos creímos firmes candidatos.

Cuando Facundo Barceló, de Emelec, falló el penal en el min 86 del Clásico, ¿qué pensó?

Eso. Ese punto de inflexión que estábamos viviendo. Barcelona, según mi concepto, fue superior e hizo un gran partido; pudo haberlo ganado, pero como es el fútbol, pudo haberlo perdido y eso no sucedió.

Ante Orense se daba por descontado que iban a ganar y empataron (0-0, 23 de noviembre; en Machala, los verdiblancos peleaban por no descender). La hinchada pensó que la etapa estaba perdida.

Al otro día de ese partido dije: “Bueno, ya después veremos si ese punto fue malo o bueno; y ese punto fue la diferencia con Emelec, que sumó uno menos (29 vs. 28 en la segunda ronda). Muchos dijeron que Barcelona perdió la etapa; yo pensé al revés, que ese punto nos iba a dar la diferencia y así sucedió.

El DT Fabián Bustos se quejó de que siempre ‘le daban palo’.

Es algo (las críticas) que nos exige permanentemente, que nos invita a no conformarnos nunca. Hoy ya nos piden un bicampeonato o ser protagonistas de la Copa Libertadores 2021. Es parte de nuestra identidad. Este año estuve muy cerca del cuerpo técnico, con Aquiles Álvarez (vicepresidente deportivo) nos reuníamos dos o tres veces por semana y parte de eso era hacerle entender (a Bustos) cómo es el entorno de Barcelona. Este entorno es diferente a todo, lo digo siempre con una sonrisa.

Hubo desbordamiento en calles por la celebración del título por parte de los hinchas. ¿Le preocupó eso?

Sí, pero eso no fue culpa de Barcelona. Nosotros no organizamos ningún festejo, ni estaba en los planes alguna caravana. Hubo auspiciantes que nos propusieron y nos negamos a hacer cualquier tipo de caravana. Sabemos que son tiempos diferentes. Pregonamos la celebración en casa, pero nunca de reunirse (en público y en masa), porque no era el momento.

Michael Arroyo demandó por deuda al club. Se fue, luego volvió. ¿Cuál es su situación?

Terminó el contrato. Es uno de los temas que debemos revisar si va a continuar o no.

Byron Castillo, de notable desempeño, ¿se va del equipo?

Se queda. Tiene contrato por dos años con nosotros. Sé que hay varios equipos interesados, según nos ha dicho su representante, pero esperaremos.

¿Y los refuerzos extranjeros?

Hasta que terminó el campeonato teníamos el cupo lleno (seis). Estamos viendo el tema de Colmán (Cristian, delantero paraguayo), si renovamos o no. Esta semana es de definiciones. Hay jugadores que terminan contrato y no seguirán, otros que vamos a intentar renovar y algunos chicos que van a subir como jugadores promesa que van a acompañar al equipo en la pretemporada.

¿Se buscará un reemplazo para Jonatan Álvez (dejó el club)?

Esta semana es semana de trabajo para definir puestos. No vamos a entrar en el juego de nombres. Que yo mencione uno sería darle magnitud a un tema que quizás no lo cerremos. Preferimos cerrar un tema (sobre fichajes) y anunciarlo.

¿Le gustaría tener a Carlos Garcés, Fernando Gaibor…?

Son buenos jugadores. Me gustaría un Ferrari, pero no lo puedo comprar. Lo fundamental es tener lo que te gusta según tu presupuesto. (D)