La organización de la Vuelta a España, que se disputará del 20 de octubre al 8 de noviembre, anunció este martes que no permitirá el acceso de público en las etapas con final en montaña por las restricciones motivadas por la pandemia del COVID-19.

Se trata de una decisión que ha tomado la organización de La Vuelta en coordinación con las autoridades sanitarias y delegaciones de gobierno de todos los territorios atravesados por el recorrido de la 75.ª edición de la prueba, quienes además han acordado aplicar una serie de restricciones en algunas salidas, metas y puertos de montaña, donde se limitará la presencia de público.

"La carrera se llevará a cabo sin sus habituales acciones comerciales y publicitarias como el Parque Vuelta o la caravana para evitar cualquier aglomeración innecesaria", añadió en un comunicado.

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Además de no permitir el acceso al público en nueve puertos de montaña (entre ellos el Col Du Tourmalet, L'Angliru o La Covatilla), el parqueo de los equipos "estará totalmente cerrado este año para garantizar la protección de los deportistas y el personal de sus respectivos equipos".

"El reducido grupo de organización, medios de comunicación, patrocinadores, equipos y cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que se moverá con La Vuelta estará sometido a estrictos protocolos sanitarios", precisó la organización.

Estas restricciones "podrán sufrir variaciones en función de la evolución de la situación en los próximos días", precisó La Vuelta.

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----⚠️ Los finales en alto de La Vuelta 20 serán sin público

El ciclismo, paralizado de marzo a agosto por la pandemia, regresó a la actividad con estrictos protocolos sanitarios, aunque eso no impide contagios en el pelotón.

Este martes, los equipos Jumbo-Visma y Mitchelton se retiraron del Giro de Italia después de confirmar contagios en sus filas.

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Medidas extremas

El director de la Vuelta a España, Javier Guillén, prometió este martes organizar “la carrera con más medidas sanitarias de todas las pruebas”, y “medidas extremas” para evitar brotes y contagios de coronavirus que puedan llevar a su suspensión.

“Estamos preocupados desde marzo, tenemos que reforzar las medidas y ver la experiencia de otras carreras”, aclaró Guillén, que afirmó que se están apoyando en el Tour de Francia, propietario de La Vuelta, y que tienen “un protocolo validado por la UCI (Unión Ciclista Internacional) y por las Consejerías de Salud”.

Sobre las medidas a tomar expresó que “lo importante es detectar dónde puede haber algún contagio” y que lo harán a través de test que procederán de la organización y de un laboratorio propio que tendrán en carrera.

“Hoy por hoy no existe ninguna limitación a que se celebre y sortearemos las incidencias si surgen porque es una carrera flexible”, aseguró el director, que prefirió una Vuelta sin público antes de que no se lleve a cabo la prueba porque a su juicio “se va a poder disfrutar”. (D)

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