La cancelación de los Juegos de Tokio (2021) asestaría un golpe rotundo al plan estratégico que Ecuador lanzó hace ocho años para alcanzar después de 13 años una medalla olímpica, y supondría una gran desilusión para los entre 35 y 40 atletas que aspiran llegar a esa cita.

"Será una frustración enorme tras ocho años con un plan estratégico en busca de reeditar la ansiada medalla olímpica y las glorias de Jefferson Pérez en 1996 y 2008", dijo a EFE el presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), Manuel Bravo.

La declaración surge luego de que, el pasado 16 de junio, un candidato a la Gobernación de Tokio anunció que no habrá cita olímpica en la capital nipona si es electo el próximo 5 de julio. Es la propuesta de Taro Yamamoto, quien aduce un gasto excedente en la organización de los Juegos.

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Bravo aseveró que la suspensión "trastocaría enormemente" a los atletas, "en particular a aquellos que, por edad, están por cerrar su ciclo olímpico".

El marchista Pérez, cuencano, es el primer y único ecuatoriano que ha subido a un podio olímpico en la historia de los juegos, con un oro en Atlanta y una plata en Pekín.

Desde entonces, el país aspira a reeditar su hazaña y para ello lanzó un plan estratégico, con vistas a Tokio, que estaba dando frutos a juzgar por los logros de sus atletas en competiciones internacionales recientes.

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El bronce de Álex Quiñonez en 200 metros lisos en el Mundial de Atletismo de Doha 2019, o los dos bronces de Neisi Dajomes en los Campeonatos del Mundo de halterofilia de Pattaya, son un ejemplo de ese trabajo.

Una 'desilusión' masiva

Augusto Morán, presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), coincidió con Bravo en que la cancelación tiraría por la borda el trabajo de dos ciclos olímpicos para tener una representación importante en Tokio y no quiere ni imaginarse el impacto en deportistas que por edad están para cerrar su ciclo olímpico.

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"Sería una desilusión para los más de 35 o 40 atletas, entre clasificados y por clasificarse", ya que "algunos hasta tienen sus pasaportes para Tokio, y otros están por conseguir sus cupos", consideró.

Si bien, la "esperanza" de ambos es aún de que "sí se puedan hacer" los juegos, pese a los problemas que las distintas federaciones afrontarían para completar preparación y clasificación.

"En Ecuador tenemos algunos problemas puntuales, el mayor es la COVID-19, y si es que no tenemos una vacuna no se pueden dar ni siquiera las etapas de clasificación en deportes de combate, pues en toda América no se ha tenido la oportunidad de tener el clasificatorio continental", puso de ejemplo Morán.

Además está el problema de financiación, puesto que hay que conseguir recursos para la preparación efectiva y acorde al nivel de todo lo que se ha venido haciendo entre 2017-2020.

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"Las instituciones deportivas dependen de los recursos públicos que se transfieren a través de la Secretaría del Deporte, y por la crisis económica y las prioridades del país, el deporte va a menos", se lamentó el presidente del COE.

El Plan ecuatoriano de Alto Rendimiento tiene una partida de 12,4 millones de dólares anuales, pero debido a la falta de liquidez las federaciones han trabajado en base a remanentes del año anterior y a lo que algunas empresas privadas han podido aportar.

Asunto de adaptarse

Por su parte, Nelson Gutiérrez, entrenador de Quiñonez, y de las también velocistas Ángela Tenorio y Anahí Suárez, está convencido de que los Juegos no serán cancelados; sencillamente habrá adaptación.

"A partir de 2021 tendremos que aprender a vivir con lo que está sucediendo, cada día estamos en busca de alternativas de convivencia. Tendríamos que ir a los Juegos con todas las medidas de bioseguridad porque hoy por hoy muchas empresas empiezan a hacer mascarillas, como Nike y Adidas", añadió. (D)