Uno de los momentos inolvidables del Mundial de México 1986 en el que Argentina logró el segundo título de su historia, tuvo que ver con Diego Armando Maradona.

El famoso gol ante Inglaterra, en los cuartos de final (2-1), sigue dando motivos para que se hable. Ese día (22 de junio) el '10' convirtió un doblete (minutos 51 y 55) y Gary Lineker (81m) descontó para los ingleses. El partido se disputó en el enorme Estadio Azteca.

En una charla con AFA Play, Maradona hizo un repaso a la participación de la Albiceleste cuando entonces era conducida por Bilardo y explicó además cómo fraguó la acción del mítico tanto con la mano, llamado 'La mano de Dios'.

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"Yo buscaba una pared porque los ingleses eran una roca. Fenwick, Butcher, todos los defensores eran grandotes. Y también Sansom, que es el que me da el pase, no fue (Jorge) Valdano. Lo anticipa a Sansom. Y Sansom la quiere hacer jugar para atrás, en ese equipo no existía jugarla para atrás, sino dársela al arquero para que él siga. Cuando vi que la pelota iba para arriba, dije 'no la alcanzo nunca, baja por favor'. Y se me ocurrió una idea: meter la mano y meter la cabeza. Claro, cuando yo caigo, no entendía dónde estaba la pelota, y al mirar, la pelota estaba en la red. Y el boludo de Checho (Sergio Batista), me pregunta si lo hice con la mano. 'Cállate la boca, boludo, y abrázame', dije. Ahí me empezaron a abrazar todos. Valdano también me dice: '¿No me digas que fue con la mano? Y le respondo lo mismo. 'Después te cuento, Valdano, déjate de hinchar las pelotas'".

------”Cuando ví que la pelota iba para arriba, para arriba, para arriba, digo no la alcanzo nunca, por favor baja ¡baja por favor! Y se me ocurrió una idea…” -- --Mirá los inicios de Diego Maradona en “Detrás de Escena”, emocionante.--⚽️--#afaplay #maradona #Selecciónargentina pic.twitter.com/1fk2UX4oKD

Sobre las dudas que persistían en el equipo poco antes del arranque del Mundial, comentó: "Fuimos con un equipo mediocre... pero cuando nos juntamos en Barranquilla, nos miramos a la cara y nos dijimos que teníamos más equipo de lo que pensábamos. Unos días después jugamos contra Junior en Barranquilla y casi ni logramos pasar de media cancha... Éramos malos, malísimos, como una banda de perros, no podíamos tirar una pared. Pero estábamos jugando dentro de un horno y movíamos un dedo y nos caía la gota de sudor", reconoce, pero hubo un punto de inflexión que cambió la dinámica: "Decidimos no ir a Bogotá, no podíamos levantar las piernas. Cambiamos los planes, viajamos a México, y ahí el grupo sí se hizo un grupo muy fuerte".