En 2002, cuando Roger Federer aún no había ganado la primera de sus 20 coronas de Grand Slam y las redes sociales no existían, la ATP lanzaba el eslogan “New Balls Please” para promover una generación que eclipsaría a las figuras establecidas. De la docena que salían en la imagen, gente como Lleyton Hewitt, Andy Roddick y Gustavo Kuerten, el único que sigue en actividad es Federer.