EL CARMELO, CARCHIFue una jornada histórica para el ciclismo ecuatoriano, para los carchenses, pero en especial para la pequeña comunidad de Playa Alta, ubicada a 45 kilómetros de Tulcán, la capital del ciclismo nacional.Como en su cotidiano trajín, para siembra, cosecha, y los qué haceres del campo, la gente de Playa Alta despertó temprano el domingo, pero esta vez para reunirse ante una pantalla gigante instalada en en el único espacio recreativo de la zona, una canchita de tierra, que ahora tiene cubierta metálica.En un sector del que van surgiendo talentos del ciclismo, seguir la prueba no es novedad, se entienden los términos y las reglas, lo que necesita Richard Carapaz para quedarse con su primera gran vuelta. No importó el frío y una ligera llovizna, solo contaba alentar con gritos y aplausos, como para empujar al coterrénaneo que ha puesto el nombre de la comunidad en boca de todos."Acá vivimos para trabajar, pero tener esta atención también es bueno. Ojalá sirva para que nos apoyen, ahora tenemos una escuelita y queremos que los chicos vayan adelante", dijo Tito Meneses, miembro de la comunidad.Las horas de competencia transcurren entre ver pasar a una centena de ciclistas y el entusiasmo de ver correr a Richard. Se alistan banderas, globos y carteles, que se agitan cuando Richard aparece en pantalla. El ambiente se prende, son 14m 54s los que dura su participación, y en cada momento el respaldo es incesante, hasta que llega a la meta y por el tiempo de diferencia que defendió en cada jornada de la última semana se anuncia que es el campeón de la edición 102 de Giro.La gente explota, se escuchan silbidos, gritos que buscan fugar entre las banderas de Carchi, y también rosas, ahora color identificativo de Richard. Cristina se emociona, Alexandra llora, se tapan el rostro y vuelven a levantarlo para mirar la pantalla. Hermana y prima del ciclista agradecen el apoyo de todos, pero remarca que ganar el Giro es un sueño que la Locomotora persiguió por más de una década, ilusionado siempre con estar entre los grandes del ciclismo, esos que no pudieron ante su tenacidad y esfuerzo para ser ahora el único ecuatoriano que ha brillado entre la élite de esta disciplina, y el tercer latinoamericano en quedarse con la maglia rosa.Para alentarlo llegaron de varios lugares cercanos, y otros un poco más distantes, pero todos a seguir a su deportista orgullo, a su referente, en el último esfuerzo de las tres semanas del Giro de Italia, para defender el liderato y la maglia rosa.Livia Tapia llegó de Julio Andrade, lugar de residencia de Richrd, portaba un cartel de "estamos contigo", en muestra que toda su provincia y el país estuvo pendiente de su esfuerzo. Livia se emociona, y como tantas veces se escuchó en la transmisión de televisión, ella también "está loca" por el triunfo del ciclista tricolor. (D)