Daniel Viteri Vinces fue el arquero titular de la Selección sub-20 que por primera vez disputó una Copa del Mundo juvenil de la FIFA (Argentina 2001), y un año después fue designado tercer portero de la Tricolor mayor que clasificó a Japón-Corea 2002. Asistir a esos dos primeros mundiales fue todo un privilegio, admite el golero del Guayaquil City en diálogo con EL UNIVERSO. Ahora, con 37 años y 300 partidos en primera división –recién cumplidos–, el Mono Viteri cree que la nueva generación de la sub-20, así como fue capaz de “marcar la diferencia” en el Sudamericano de Chile, puede conseguir en Polonia-2019 el título de campeón mundial.

Si hace una valoración de su trayectoria, ¿en cuál equipo cree que tuvo su mejor momento?

Tengo muchos buenos recuerdos y logros importantes. Lo principal fue cumplir el sueño de ser profesional y debutar en Emelec, a los 17 años de edad (...). En Barcelona estuve un año y me pude dar cuenta de la magnitud de la hinchada de ese club.

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¿Con cuál se queda: Emelec, Deportivo Quito, Barcelona o Liga (Q)?

Con dos. Ni solo con Emelec ni con Liga (Q), con los dos. Tengo mi corazón dividido.

Pero usted es emelecista.

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En realidad yo empecé siendo barcelonista. Comencé a jugar fútbol en la época en que Barcelona llegó a su primera final de Copa Libertadores (1990), y la mayoría de niños eran barcelonistas. Llegué a Emelec siendo barcelonista y el único emelecista en la familia era mi papá, que me llevó a Emelec. De joven, estando en Emelec, iba a los Clásicos y le hacía barra a Barcelona, pero después mi corazón se fue haciendo azul.

¿De todas formas cumplió un sueño de jugar en Barcelona?

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Sí, porque es un equipo grande. Uno quiere sentir esa sensación de estar en un equipo como Barcelona, que tiene la mayor hinchada en el Ecuador.

En materia de selecciones, ¿tal vez el mejor capítulo de su carrera es el de la clasificación a octavos de final del Mundial Sub-20 de Argentina?

Ese Mundial fue importante para el fútbol ecuatoriano. Empatamos con Holanda (1-1); en ese momento no lo sabíamos, pero después nos dimos cuenta que jugamos contra Arjen Robben y otros que eran dirigidos por Louis van Gaal. Y en octavos de final perdimos contra la Ghana, de Michael Essien. Muchos de esos jugadores después pasaron a los mejores equipos del mundo.

Y cuando fue al Mundial del 2002 con la Tricolor mayor, ¿es cierto que muchos seleccionados quedaron perplejos al ver a los italianos?

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Es que no solo nos sorprendía eso. Nos sorprendían las instalaciones, cómo nos trataban, el hotel, la organización de ellos, la seguridad, lo impresionante que eran los estadios. En la primera cancha que jugamos (Sapporo Dome) estaba todo (el techo) cubierto.

¿Qué sucedía en los entretiempos de esos partidos del Mundial?

Me acuerdo que cambié buzo con Francesco Toldo, que en ese tiempo tapaba en el Inter. Era increíble ver a los jugadores (de Italia) como los veíamos en televisión, eran ídolos. Ahora todo es parejo porque Ecuador se ha ganado el respeto.

¿Qué le puede aconsejar a los chicos de Jorge Célico que van a jugar el Mundial de Polonia en calidad de monarcas de Sudamérica?

Tienen un buen equipo. Nosotros confiamos mucho en ellos y se nota que ellos confían mucho en sus capacidades. Así como quedaron campeones en el Sudamericano pueden quedar campeones en el Mundial.

¿Sabía que en el 2016 Leonardo Campana, el goleador de esta sub-20, cumpliendo la función de pasabola en el estadio Monumental provocó que a usted lo expulsaran cuando atajaba en Liga?

Recién este año me enteré por las redes sociales que él era el pasabola y me hizo expulsar (risas). José Cevallos me dijo que era el hijo de Pablo Campana. Ahora le festejan eso, pero creo que lo que hizo no es lo adecuado. (D)

 

Por formación y por corazón, soy emelecista, pero en realidad yo comencé siendo barcelonista. De joven iba a los Clásicos y le hacía barra a Barcelona

 

 

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Partidos en primera división registra Daniel Viteri.