Entre 1978 y 1989 fueron varios los nombres de volantes que jugaron en Barcelona, pero en las alineaciones de esas doce temporadas hubo uno que se repitió siempre: Galo Vásquez. Bautizado para la eternidad como Mafalda, por el delantero Boanerges Rodríguez, Vásquez también está, para siempre, en la leyenda canaria. Crack, mediocampista completo, con gran visión estratégica, con gol, incansable en el despliegue físico, el esmeraldeño de 61 años es para muchos, por su regularidad de rendimiento en alto nivel, la gran figura nacional de Barcelona en la década de los 80. El ganador de cinco títulos con los toreros (1980, 1981, 1985, 1987, 1989) habló con este Diario de sus recuerdos y de lo que viene para su club desde hoy.

¿Qué se siente ser campeón con Barcelona?

Todo futbolista que ha sido campeón con Barcelona lo vive con una gran satisfacción, es el club más representativo del país. Levantar un trofeo como torero es una emoción y un recuerdo que nos queda para toda la vida.

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¿Cuando se ganan tantos títulos con Barcelona, como usted, al tercero, cuarto o quinto ya no se siente como algo especial, o sí?

El número de veces que se gane no cambia la emoción, siguen siendo especiales. La hinchada, además, exige que se siga ganando, y si es posible todos los años. Barcelona es uno de los grandes y jugadores y aficionados buscamos ser monarcas, sin importar el número de repeticiones.

¿Qué título fue el más especial, el más festejado?

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El de 1980, porque Barcelona tenía 9 años sin ser campeón. Ese torneo me encantó por el festejo de la gente. Nuestra afición tenía mucho tiempo esperando. Recuerdo que el partido clave de la liguilla fue en Quito, ante El Nacional, que ganaba 2-0. Pero le dimos la vuelta y vencimos 3-2. Los goles fueron de Víctor Ephanor, Ney Celestino y yo. Luego nos tocó una tercera y definitiva final con Técnico Universitario, en Machala. Fue cuando el Artista Ephanor hizo su gol de chilena. Fue tanta la emoción de los barcelonistas que nos demoramos casi seis horas en regresar a Guayaquil porque la gente nos paraba en cada pueblo para celebrar.

 

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Cómo fue ser campeón de 1989 sin público en el estadio Atahualpa?

Ese partido con el Deportivo Quito fue la repetición de uno que ganábamos con gol de Manuel Uquillas y que nos daba el título. La gente invadió la cancha y se suspendió. Después se repitió, pero sin público, pero la afición estaba pendiente y celebró con el mismo entusiasmo de años anteriores. Es lógico que con tu afición dentro del estadio uno como jugador se incentive más.

De los cinco títulos, ¿en cuál de ellos Barcelona tuvo su mejor equipo?

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Diría que el de 1980, porque había una sequía. Había un buen equipo, comprometido a salir y ganar cada partido, con mucha entrega. Me quedo también con el recuerdo del campeonato de 1985, cuando en el Modelo jugamos con el Deportivo Quito y ganamos 6-1. Había una buena plantilla que abonó para ese éxito.

En 1982 y 1986 se les escapó el título y se lo llevó El Nacional. ¿Qué pasó?

En 1982 se nos fue de las manos porque perdimos en Quito con El Nacional (la final de vuelta, luego de vencer en Guayaquil) y fuimos a definir en una cancha neutral, en la Sierra (Ambato). Ahí los militares nos ganaron. De lo ocurrido en 1986 no recuerdo porque no ganamos el título.

Fue campeón en el Modelo, 9 de Mayo y el Atahualpa. Le faltó en el Monumental.

No se pudo. La final de 1987 la ganamos (1-0) en la capital ante el Quito, con gol de Lupo Quiñónez, el 20 de diciembre de ese año. Siete días después, el Monumental abrió sus puertas con un amistoso contra Peñarol.

Empieza otro torneo para Barcelona, ¿qué opciones le ve?

Se ha formado un buen plantel, con buenos refuerzos. Las contrataciones empezarán de a poco a dar resultados. (D)

 

Lo que hace Barcelona se celebra en cualquier cancha del país porque su gente lucha para que logremos siempre ser campeones"

Galo Vásquez, exvolante canario